Con la fuerza de su mayoría propia, el bloque oficialista de la cámara de Diputados aprobó ayer el paquete de medidas impulsadas por el Gobierno para activar el proyecto de reforma del Estado, decisión que se inicia con sustanciales modificaciones como el nuevo sistema de distribución de regalías mineras, la creación del ARCA como organismo recaudador, los nuevos mecanismos para la coparticipación municipal, el cambio en la estructura del IPV y otras reformulaciones resueltas por decreto. Si bien el cuerpo legislativo no podía modificar las normas propuestas, tenía la facultad de aceptarlas o rechazarlas, y lo ocurrido en el recinto se ajustó al escenario previsible. De esta manera, el bloque opositor se posicionó contra los cambios argumentando que su rol se reducía a ilustrar la foto de la sesión, mientras el peronismo avaló los decretos con el voto, reclamando a la minoría que acompañe la gestión de Jalil, considerando el complejo panorama que se enfrenta a la sombra de la pandemia.
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Fuera del recinto, tal como se había anunciado, un heterogéneo grupo marchó por las calles para expresar su descontento. En las columnas de manifestantes, lideradas por los gremios que integran la denominada Intersindical, se mezclaron militantes de izquierda y también representantes del radicalismo, que después de mucho tiempo volvieron a marchar por una causa local; ya que en los últimos años solo participaron en movidas motorizadas a nivel nacional, como las consignas macristas de “Sí se puede” o “Esto se da vuelta”. Se malograron así los primeros intentos de diálogo abiertos por el Gobierno, que un día antes se sentó en la mesa con los dirigentes gremiales sin que se evitara la manifestación. La esencia del malestar se resume en la supuesta defensa de los trabajadores, sin mayores argumentos ni análisis sobre la incuestionable necesidad de ordenar la estructura estatal. Párrafo aparte para la violación a las normas sanitarias propias de la cuarentena, ya que el distanciamiento social, a pesar de las promesas previas, no se respetó.
El Esquiú.com