33 de mano

La insólita victoria de los tontos y malos

martes, 16 de junio de 2020 01:02
martes, 16 de junio de 2020 01:02

Finalmente, el presidente de los argentinos Alberto Fernández no llegó a Catamarca como se esperaba, por motivos que son de conocimiento público. La presencia en la provincia de la primera autoridad del país, electa por la voluntad popular, debe ser motivo, siempre, de un innegable acontecimiento político, celebrado por quienes lo votaron y respetado por quienes no lo hicieron. Se trata del presidente de la Argentina. Del país que convivimos y compartimos todos, sin distinción de géneros. En las buenas y en las malas. Sin embargo, la del pasado viernes fue una jornada para el olvido, caótica por donde se la mire. Desde temprano comenzó la guerra mediática -a través de muchas radios y muy especialmente de las redes sociales- entre quienes no estaban de acuerdo con la presencia de Fernández entre nosotros, por considerar el viaje una decisión que cuanto menos era imprudente en tiempos de una larga cuarentena que nos tiene con el arco en cero en cuestión de contagios del maldito virus, y los que, por contrario, jugaban todas las fichas a que el alto mandatario debía -sí o sí- arribar a suelo catamarqueño. Dos opiniones distintas. Dos posiciones encontradas que explotaron de la peor manera y aparecieron  el odio y los viejos rencores para reflejar claramente cuál es el sentimiento entre voceros del oficialismo y los que piensan distinto en Catamarca. Y no se hizo esperar el “apunten, fuego” de ciertos entusiastas defensores del Gobierno: “Son un vómito, por qué no cierran la jeta”, gritó alguien por allí para descalificar una opinión diferente. “Son unos tontos ignorantes”, descalificó otros desde su inteligencia. “Son malos y envidiosos, no les hagan caso”, se despachó una señora con toda la bondad desde su radio vecina. “Son unos cobardes, eso es lo que son”, siguió la metralleta de insultos.

 

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  ¿Qué había pasado para tanto desparramo de odio y agresión? Nada grave. Simplemente pensar distinto y al amparo de la libertad. También se escucharon algunos destemplados “son unos gorilas”, o “son unos fachos”; la cuestión era descalificar al que piensa diferente. ¿Era para tanto? Indudablemente hay gente que tiene el odio ahí, como un nudo en la garganta y cualquier pretexto es bueno para vomitarlo. Es decir: hay quienes conviven con el odio y son felices de manifestarlo. Allá ellos, son dueños de sus vidas, en definitiva. No podía faltar en este “apunten, fuego” los que cobran mucha, pero mucha guita del Gobierno (léase ciertos legisladores, concejales, intendentes y funcionarios) solamente por defender a líderes de ocasión, de aquí y de allá. Son los obsecuentes y expertos en genuflexión que llegaron tan lejos en los cargos públicos que no saben dónde están. Se perdieron. Y levantan la mano y gritan para quedar bien con el jefe o la jefa de turno. ¿Para eso les pagan tanto dinero? Chicos y chicas: ¿Y si intentan trabajar en algo para que sea más digno el dinero ganado? (sin distinción de colores políticos, por favor). Así pasó con la fallida visita presidencial que, en definitiva, pensamos bien se puede realizar cuando el peligro de esta pandemia haya pasado. Una presencia del Presidente de todos los argentinos que sea recibida con todos los honores, como se merece su investidura. Por nuestra parte, seguimos apostando a que algo nos debe unir a los catamarqueños. Así, todos peleados como estamos ahora, no vamos a crecer como soñamos. Se equivocan aquellos que creen ser los mejores, los dueños de la razón. Son los fanáticos kirchneristas que jamás serán peronistas, como venimos sosteniendo desde aquí. Jamás. Ni por asomo. Los peronistas nos merecen todo el respeto. Por eso abogamos para que le vaya bien a Alberto Fernández y se cuide del virus. Porque, fundamentalmente, es la valiosa garantía para que no vuelva el rostro del odio y se profundice la grieta. Los catamarqueños tenemos a la Morena milagrosa y el equipo de salud para estar bien cuidados. Por lo demás: insólita victoria de los apodados “tontos” y “malos”. Nada para festejar. Fue simplemente una fallida visita presidencial. Eso, eso, diría El Chavo.
 

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Comentarios

16/6/2020 | 09:43
#149006
Pero que hacer una gira por diferentes provincias, fue una desición errada, es indiscutible. Por mas que se esté de un lado o del otro.

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