A Telón abierto

viernes, 25 de septiembre de 2020 01:44
viernes, 25 de septiembre de 2020 01:44

Antes de entrar de lleno al tema, una consideración que creemos válida y oportuna: qué importante que son las redes sociales y los distintos modelos de comunicación cuando son bien utilizados, con la mentalidad de generar algo productivo. Para acortar distancias y hermanar recuerdos; para ayudarnos a practicar el saludable ejercicio de la buena memoria. Lejos de las estériles agresiones que se observan a diario. De pronto, nuestra consigna “Para que no nos gane el olvido” encontró un extraordinario aporte venido desde La Plata, más precisamente de la mano del fecundo productor musical y comprovinciano además, Javier Chalup. Ocurre que el pasado martes se cumplieron 40 años de la desaparición física del catamarqueño destacado músico y mejor persona que fue Lalo Herrera, a quien tuvimos la suerte de conocer allá por 1978 en un par de encuentros en la casona de su primo Rafael Toledo, por calle Prado, cuando las guitarreadas tenían solamente horario de comienzo. Encuentros irrepetibles con los changos nuestros de cada día que hacen folclore. Y allí estaba Lalo con la magia de su violín y una calidad humana de esas que hacen que después del primer abrazo parece  alguien a quien se conoce desde siempre. Y se hace inolvidable, más allá de la distancia y del tiempo transcurrido. Ángel Nicolás Herrera nació en la Capital catamarqueña y toda su infancia y adolescencia la pasó en Esquiú, departamento La Paz. ¿Por qué su parentesco con Rafael Toledo? Porque el padre del folclorista, de nombre Lorenzo, era hermano de Blanca, la madre de Lalo. También existe un vínculo familiar entre el desaparecido Lalo y el reconocido cantor y compositor Raly Barrionuevo.


  ********


  En 2010, cuando habían pasado 30 años del fallecimiento de Lalo, Javier Chalup lo recordó de la mejor manera: con una recopilación de valiosos testimonios. Entre ellos, el de la mamá de Lalo, Blanca de Herrera: “Como madre, siento que Jesús bendijo su corazoncito con las mejores cualidades que puede poseer un ser humano, lo que lo hizo merecedor del amor de cuantos lo trataron. Dios lo llevó muy joven, dejando su ejemplar conducta como ejemplo de amor y fe”. También en el 2010, en el mes de octubre, se le hizo un emotivo homenaje a Lalo en Buenos Aires, con la participación de Federico de La Vega, Facundo Saravia, Beto Fernández, Patricia y Roxana Bertolino (integrantes de Las Alondras) y Los Colorados. Herrera partió muy joven hacia La Plata, su tierra de adopción, donde se le conocía como “Cata” por ser oriundo de Catamarca. Allí formó e integró el conjunto “Los Fogoneros”, cuyo estilo era similar a Los Chalchaleros. El recuerdo de Chalup nos cuenta que Lalo era además un importante creador de temas folclóricos, como por ejemplo: Zamba del retoño, Gatito para una copla, El agua pasa la piedra no, Allá en la puna, Para quedarme con vos, Misterios del corazón, P´al tiempo del carnaval, amaneciendo ilusiones, Zamba de un duende, Por qué será, y Cuando me vuelva tierra, entre otros. En 1976, integró como violinista la Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata.


   ********


   El conjunto folclórico “Los Zorzales” (versión juvenil de “Los Chalcha” conformado por Facundo, Santiago y Juan Carlos –hijo- Saravia y Ramiro Manzanares) era dirigido musicalmente por Lalo, lo que le valió el reconocimiento de Los Chalchaleros. Lalo Herrera también formó el conjunto Las Alondras (versión femenina de “Los Chalcha”, que estaba integrado por Roxana y Patricia Bertolino, María Angélica Cabello y Cecilia Depaoli). En el trabajo de Javier Chalup que hoy compartimos, se incluyen palabras de Tony Herrera, hermano de Lalo: “Fue un ser muy especial, como hermano fue inigualable. Los momentos vividos y compartidos son inolvidables. Recuerdo cuando compuso “Zamba de un duende”, que la escribió en un verano en Esquiú”. Su primo entre nosotros, el excelente cantor Rafael Toledo, lo recuerda así: “Estuve en octubre de 1976 en La Plata, a poco de ser destruido el Teatro Argentino, de cuya orquesta él formaba parte. No me olvidaré jamás: tocó el violín en medio de los escombros del teatro derrumbado. Conservo aquella imagen con mucha emoción”. Gracias, una vez más, Javier Chalup por permitirnos ser partícipes de una recordación que nos llega al corazón.
 

100%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias