El gabinete en pleno de Alberto  Fernández se reunirá hoy en la ciudad riojana de Chilecito, y mañana se concretará una segunda reunión presidencial, esta vez con los mandatarios del denominado Norte Grande, un grupo que incluye a todas las provincias del NOA y del NEA, que intentarán obtener algunos compromisos de respaldo en su mano a mano con el mandatario nacional. La expectativa puede definirse como “moderada”, ya que toda la gestión de Fernández está atravesada por las urgencias que impone la pandemia, y los propios gobernadores saben que no es momento para plantear grandes revoluciones. Sin embargo, el encuentro de mañana puede ser clave para saber si el Norte Grande, un proyecto reflotado después de tres décadas, se encamina hacia algún rumbo o vuelve a disiparse sin mayor incidencia, como sucedió allá por los años 80.

*****

La idea de trabajar en forma conjunta para fortalecer reclamos a partir de la identificación de objetivos comunes, parece en principio positiva, pero la diversidad de escenarios que se cruzan entre las fronteras norteñas del país con Chile y Brasil son tan disímiles que se corre el riesgo de generar más planteos que los que se pueden resolver. Incluso hay diferencias políticas acentuadas, con mandatarios provinciales de distintos signos, y aunque se busque formalizar una tarea institucional, surgen dudas sobre su eficacia.

*****

En Catamarca no se derrocha optimismo, y se entienden las reservas que asoman ante este proyecto conjunto entre diez provincias, cuando ni siquiera se logró dar algún paso importante en el más reducido conjunto del Noroeste. En efecto, el Parlamento del NOA tuvo un itinerario tan irregular que no le alcanzó ni para cumplir con sus propias premisas, comenzando por la periodicidad con que debía reunirse. No se trata de descalificar estas iniciativas, porque todo encuentro regional es importante, pero se necesitará algo más que fe y buenas intenciones para que el Norte Grande se consolide.

El Esquiú.com