Allá por el año 2005, mucho antes de que se incorporara legalmente la figura del “femicidio” (recién se incluyó en 2012 en el Código Penal Argentino), un programa de televisión se convirtió en un inusual suceso de audiencia. Se trató de la serie “Mujeres Asesinas”, que durante cuatro temporadas presentó 78 capítulos unitarios con un denominador común, que se desprende naturalmente del título: desde el vamos, en la primera temporada se promulgó que el unitario iba a tratar de casos reales de mujeres argentinas cuyas vidas, por diferentes circunstancias, se tiñen de amargura y desdicha, y culminan en un trágico desenlace. Cada una de las emisiones fue de un episodio independiente con elencos rotativos compuestos por figuras de primer nivel que, a través de sus excelentes actuaciones, enriquecerían las diferentes tramas.

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Más de 400 actores, 4.300 horas de grabación y 18 premios ganados, entre ellos nueve internacionales y el Martín Fierro de Oro, son algunos de los números que dejan en evidencia el éxito y la magnitud de este galardonado programa, que movilizó algunos debates, entre ellos si es que se exponía a las protagonistas (que casi siempre terminaban la historia tomando una decisión drástica y violenta) como asesinas o “heroínas”. Quizás la confusión inicial radicaba en el título de “mujeres asesinas”, porque conforme se veían las historias, quedaba claro que -al menos en los casos narrados- las mujeres no eran asesinas sino víctimas acorraladas.

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El tiempo ha transcurrido, a una velocidad mucho más vertiginosa que la sugerida por el ritmo cronológico, y no es exagerado decir que el mundo es hoy muy diferente a la realidad que se vivía hace 15 años. Los cambios sociales más profundos se trasladaron también al ámbito judicial, y por eso se registran casos todavía extraordinarios, como el de la catamarqueña que pasó, sin escalas, de estar encarcelada bajo la acusación de “homicidio agravado por el vínculo” a la libertad, después de haber matado a quien era su pareja. El hecho es objetivamente impactante, pero revela una modificación superadora y positiva en la mirada de la Justicia sobre los episodios de violencia intrafamiliar extrema.

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La mujer catamarqueña que liberaron el último martes, estaba presa desde febrero de 2020 por quitarle la vida a su expareja, Walter Roldán, pero se determinó que en realidad no lo atacó, sino que se defendió legítimamente luego de haber padecido largas etapas de violencia de género. El juez de Control de Garantías, Héctor Rodolfo Maidana, dictó el sobreseimiento total y definitivo, en un fallo que deja huella, aunque ya no puede ser considerado aislado. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ya había dado curso a un recurso extraordinario que presentó la defensa de Ana María Cabrera, una mujer que en 2018 fue condenada a 12 años de prisión por el homicidio de su pareja. Ella roció con alcohol y luego le prendió fuego a quien ejercía violencia de género: también quedó libre. También la Corte Suprema, hace diez años, dejó sin efecto una condena de 12 años de prisión contra María Cecilia Leiva, quien estando embarazada se defendió con un destornillador de su pareja. También fue liberada en 2018 Yésica Paola Ferreyra, involucrada en el recordado “Crimen del Motel”, donde se observó que había sido víctima y no cómplice. Un cambio esencial con respecto a lo que sucedía en décadas anteriores, y que con perspectivas de futuro parece complicar, por ejemplo, la situación de Naim Vera, cuyos abogados buscan precisamente que se desestimen los agravantes relacionados con el género en el femicidio de Brenda Micaela Gordillo.

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La última batalla gremial del año está en marcha, tiene como cara visible al conductor de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Ricardo Arévalo, y el motor es el reclamo de un pago extra o bono de fin de año, que podría considerarse una causa perdida si es que se tomó nota de las recurrentes declaraciones del gobernador Raúl Jalil, quien ante cada consulta desestimó la posibilidad de afrontar ese gasto. Arévalo sostiene que el Gobierno tiene superávit fiscal y que existe una necesidad real de los trabajadores de contar con el mencionado aporte por el marco de crisis general. El reclamo no es nuevo, y ya en octubre el gremio hizo una presentación para pedirlo, pero los reclamos se aceleraron por dos razones: la citada negativa del mandatario y los tiempos que se acortan, porque ya estamos en diciembre y los sindicalistas saben que es ahora o nunca. Está tan difícil el panorama para el gremio que ni siquiera se aventuró a proponer una cifra concreta. La pulseada se apoya con movilizaciones y no se puede precisar cómo concluirá, pero lo concreto es que el conflicto no durará demasiado. Llamó la atención en estas primeras protestas la ausencia de otras organizaciones, lo que confirmaría que la poderosa Intersindical que se había formado se diluyó por diferencias internas entre los propios dirigentes.

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Si algo faltaba para comprender el peso de las fake news y el impacto de los mensajes de WhatsApp, se vivió esta semana: el propio Banco Central de la República Argentina debió salir a rechazar tajantemente diversos mensajes sobre un supuesto “corralito encubierto” que se viralizaron en todo el país. La entidad monetaria se refirió a las versiones que circularon con el propósito de generar incertidumbre en el mercado cambiario, en el que a través de presuntos informes de consultoras financieras se instaba a ahorristas con dólares en cuentas bancarias a retirarlos de manera inmediata.

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La medida en cuestión es la Comunicación A 7405, publicada el jueves pasado, en la que se establece que a partir de hoy la posición de contado prevista en las normas sobre Posición Global Neta de Moneda Extranjera de los bancos “no podrá superar el importe equivalente al 0% de la responsabilidad patrimonial computable (RPC) del mes anterior al que corresponda”. La autoridad monetaria aclaró que esas decisiones “no tienen ningún efecto sobre los depósitos en dólares en el sistema ni con los activos que los respaldan”. En ese sentido, explicó que “los bancos deben tener una posición de cambio neutra, justamente los depósitos al ser un pasivo para las entidades deben contar con respaldo en inversiones en esa moneda”.

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La supuesta circular del Banco Central dirigida a los bancos se viralizó en WhatssApp y otras redes sociales con el “deliberado propósito de generar una corrida bancaria”, y que se marcaba en los grupos como “reenviado muchas veces” dice: “Recibido hace unos minutos, lo comparto: Es de suma importancia comunicarles que se oficializó, mediante el Comunicado “A7405 y A7407”, ambos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que, con vigencia a partir del día 01/12/2021 (miércoles). Los bancos y/o entidades financieras enmarcadas dentro del circuito financiero argentino, no podrán tener en sus reservas divisas extranjeras. Toda posición financiera o equivalente en dólares, deberá ser liquidada y remitida a las reservas del BCRA. En otras palabras, un CORRALITO ENCUBIERTO. Por lo que le recomendamos a aquellos que posean dólares en cuentas bancarias, que el día lunes y martes de esta semana entrante, saquen turno y/o se apersonen a su banco para retirar esos saldos”. Era todo trucho, pero bien pensado para hacer daño por la fecha elegida: el siempre sensible diciembre. De hecho, ayer se cumplieron 20 años desde que el entonces presidente Fernando de la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, decidieran la creación del verdadero “corralito”, que en diciembre de 2001 impidió a los ahorristas retirar sus depósitos del sistema bancario, historia que terminó con estallido social, muertos y un helicóptero llevándose al presidente radical.

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RECUERDOS. En 1988 se instituyó cada primero de diciembre como Día Mundial de Lucha contra el Sida, fecha que se dedica a dar a conocer los avances contra la pandemia de VIH/sida causada por la extensión de la infección del VIH. Aunque desplazada mediáticamente por dramas sanitarios como la pandemia de coronavirus, el Sida sigue representando un enemigo peligroso para toda la humanidad. Más de 25 millones de personas en el planeta han muerto a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA, lo que la hace una de las epidemias más destructivas registradas en toda la historia. A pesar de que existe un mayor acceso y se ha mejorado el tratamiento antirretroviral y el cuidado médico en muchas regiones del mundo, la epidemia de sida sigue llevándose vidas, y muchas de sus víctimas son niños. Una fecha para tener presente y no olvidar las medidas de prevención que se han enseñado en las últimas décadas.

El Esquiú.com