El Secretario
Respetando su inquebrantable lema “diario sin censura”, El Esquiú publicó el martes una “aclaración” del diputado Luis Lobo Vergara respecto al fallo de la Corte que lo favoreció y ordena al gobierno devolverle el puesto de vocal del ENRE, el organismo que fue creado para supervisar los servicios públicos que privatizó el castillismo en la década del 90. La “aclaración” y las alusiones a desinformación esgrimidas por un legislador que figura en el cuadro de honor de los ociosos de la política –no se le conoce proyecto alguno- confirman que el fallo fue un mamarracho inentendible que, más que poner las cosas en su lugar, las desacomoda.
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Lobo Vergara fue vocal del ENRE y mientras cumplía tan “sacrificada” tarea resultó electo diputado. Por eso pidió licencia sine die. De haberse aprobado, el cargo estaría vacante desde hace seis años. El gobierno, con razón elemental, designó un reemplazante. Como ahora la orden es hacer lugar al capricho lobovergarista, escribimos que se podría llegar al ridículo de que siga como legislador y vuelva al ENRE. Fue una lectura objetiva del fallo sobre dos cargos que, efectivamente, tienen “suculentos sueldos”, tal como lo dijo el fallido candidato a presidente de la UCR, Ricardo del Pino.
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Los niveles de mediocridad expuestos por Lobo Vergara lo llevaron a reiterar que pidió licencia como cualquier dependiente del Estado, como lo establece el artículo 107 de la Constitución: “Los agentes de la administración provincial o municipal que resulten electos legisladores titulares quedan comprendidos por una licencia especial sin goce de sueldo por el tiempo que duren sus funciones”. El tema es que el legislador de la controversia no era “cualquier dependiente del Estado”. Era vocal con nivel y sueldo de ministro y desconocemos si tan alto dignatario puede pretender años de licencia para ganar otra fortuna en una dependencia distinta como la Legislatura. Además, con la postura de impedir que el gobierno lo reemplace, el propio Lobo Vergara ratifica que el ENRE puede funcionar sin él como directivo.
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