Se esperaban cambios en el Gabinete de Raúl Jalil, pero de todas formas hubo sorpresas por esta nueva tanda de enroques y relevos, que promete continuar. El más llamativo de los cambios fue el del ministerio de Desarrollo Social, donde Maximiliano Rivera sucederá en el cargo a su padre Marcelo, tal como lo había hecho algunos años antes en la Cámara de Diputados. Apenas conocida la novedad surgieron diferentes cuestionamientos, desde el momento en que el traspaso de mando entre integrantes de la misma familia permite dudar sobre los mecanismos de elección. Todo indica que acuerdos entre bambalinas prevalecieron sobre evaluación de capacidades, en negociaciones frecuentes en política pero que, a ese nivel, poco contribuyen a mejorar la imagen de la clase dirigente.
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Otro cambio sugestivo fue el de Alejandra Nazareno por Sebastián Véliz, quien venía manejando Hacienda. Nazareno será la primera mujer en la historia que conduzca la economía provincial, pero en este caso las objeciones llegaron por el destino de Véliz, quien luego de integrar el equipo de Ricardo Aredes quedó con el principal sillón del ministerio. Ocurre que el joven contador se integrará al Tribunal de Cuentas, para ocupar el lugar que quedó vacante tras el fallecimiento de Hugo Argerich. Y allí radica el inconveniente, porque el TC recibirá documentación de las actuaciones de Hacienda durante la gestión de Véliz, lo que permite suponer que eventualmente el funcionario se controlará a sí mismo.
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Un tercer cambio, y más ruidoso, estaría en la puerta del horno listo para salir: Jorge “El Cabezón” Moreno, podría dejar su cargo de ministro de Gobierno y Justicia, para integrarse como representante catamarqueño al directorio de YMAD, que preside Fernando Jalil. Esta salida sería algo traumática porque se habría resuelto por malestares fuertes en el Gobierno. Como titular del ministerio político quedaría Susana Peralta, hoy al frente de Planificación, y sin reemplazante confirmada por el momento. Si esto se cumple Jalil habrá hecho jurar 25 ministros en poco más de un año, casi dos por mes: todo un record.
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