Mauricio Macri, escritor. Aunque suene extraño, el expresidente incursionará en terrenos literarios, y lo hará oficialmente el próximo 15 de marzo, cuando presente su propio libro. El heredero del poderoso imperio SOCMA, que conquistó la presidencia de Boca Juniors y se catapultó exitosamente desde allí a la política, dejó en claro que no quiere cerrar su carrera pública con el opaco paso por la Casa Rosada, donde llegó con enormes expectativas y se fue prematuramente; derrotado en primera vuelta y grabando su nombre como el único presidente de la historia que fracasó al buscar su primera reelección. Macri, además, tiene previsto recorrer el país presentando su obra en las principales ciudades, un método no muy novedoso pero siempre elegante para hacer campaña.
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Lo primero que trascendió del libro es el título, y debe reconocerse que es muy bueno: se llama “Primer tiempo”, con clara referencia al fútbol, e implícita alusión a su presidencia, dejando la puerta abierta a un eventual retorno al poder. En cuanto al contenido, será un repaso de su gestión, previsiblemente reivindicatorio, y matizado con anécdotas. Se informó que el trabajo de redacción y edición estuvo a cargo de Hernán Iglesias Illa, Pablo Avelluto y Hernán Lombardi, todos exfuncionarios suyos en áreas de Cultura y Comunicación.
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Los libros de política se instalaron desde el retorno de la democracia como uno de los rubros preferidos de los lectores. En general son obras de corto alcance, muy enfocadas en la coyuntura y sin aspiraciones de mayor trascendencia. Pero funcionan, y ante esa certeza varios políticos se lanzaron como autores con escaso o nulo suceso. La única excepción fue Cristina Fernández de Kirchner, quien con su libro “Sinceramente” batió todos los records editoriales del país: fue el libro más vendido de la historia argentina en el día de su lanzamiento, agotó en seis días la primera edición y ya superó los 300.000 ejemplares vendidos en papel, además de tener el primer puesto en ventas digitales. Un fenómeno que quizás alentó a Macri a alejarse de las redes sociales y probar suerte en el más tradicional de los formatos.