El pronunciamiento más contundente de los últimos tiempos, dentro de la UCR, lo dio el Grupo denominado “Encuentro”, que reúne a sectores que trabajaron por la lista de Fama y “Chichi” Sosa durante el proceso previo a la fallida elección del 7 de febrero. Con la firma del exdiputado Montiel; el exfutbolista Pedro Avellaneda, hijo de un dirigente histórico o el reconocido militante Luis Cortez, entre otros, expresaron en una publicación pedida del sábado pasado en El Esquiú el estado de crisis profunda que sufre la UCR y compararon los humildes aprestos de los años 80 con la opulencia y la dirigencia rentada que dejaron los 20 años de gobierno del Frente Cívico. Señalaron, asimismo, que el máximo responsable de esta caótica realidad tiene nombre y apellido: Oscar Castillo. No hace falta explicar demasiado este pensamiento. El hombre lleva más de 30 años funcionando como un zángano y fue el jefe de la campaña 2019, cuando el partido sufrió la peor derrota de su historia.
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Detrás de lo que, por ahora, no dicen los dirigentes de “Encuentro”, existen intenciones de patear el tablero. Primero rechazar de plano una eventual postulación de Castillo y segundo pensar en las PASO, o llegado el caso, ir por afuera del Partido acercando a distintos sectores en una tercera opción. Por lo pronto, los dichos parecen ser un caro anhelo, pero queda claro que no está mal soñar con un proceso que ponga freno a la decadencia.

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