Apuntes del Secretario

domingo, 6 de junio de 2021 00:54
domingo, 6 de junio de 2021 00:54

La existencia de los ciudadanos antivacuna, los negacionistas de la enfermedad y todos los ataques que recibe el gobierno –nacional y local- por el manejo de la pandemia no son casualidad. “Es la campaña electoral”, diría un analista parafraseando al asesor que le dijo para las elecciones de 1992 al expresidente estadounidense Bill Clinton “es la economía, estúpido”. En verdad, aunque el virus esté empinado y dispuesto a producir el daño mayor, la elección 2021 en la República Argentina ya está en marcha y tendrá uno de sus puntos culminantes el 24 de julio cuando se produzca el cierre de listas para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Para esto quedan apenas 45 días y raro sería que los políticos de toda laya vivan al margen de este acontecimiento. En Juntos por el Cambio, por ejemplo, a nivel nacional, está lanzada la carrera entre los dirigentes más prominentes del sector. La tripleta Rodríguez Larreta-María Eugenia Vidal-Diego Santilli ya tomó la decisión de enfrentar en internas por los cargos de legislador a la troupé que conforman Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Jorge Macri y posiblemente Elisa Carrió. Entre ambos bandos, interesa sobremanera la disposición de los cargos en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. Sin omitir su significación, por su reflejo hacia el resto del país, queda claro que esos son problemas de “los porteños” y a nosotros nos interesa Catamarca.

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Como las elecciones provinciales se realizan en coincidencia con las nacionales (ya venció el turno alternativo que dispone la Constitución y que señala para votar “un domingo de marzo…”), también aquí el cierre de listas se producirá en la noche del 24 de julio. Si bien existen algunas certezas, a días de los comicios, las dudas asaltan a la clase política. En el oficialismo se estudia la posibilidad de estructurar una lista única y permitir primarias en casos excepcionales e insalvables. La propuesta la encabezaría la exgobernadora Lucía Corpacci como precandidata a senadora nacional, a partir de lo cual surge el primer gran interrogante: ¿quién será el segundo de la lista? Por lo pronto, en los mentideros políticos surgen como potenciales postulantes Dante López Rodríguez (en diciembre termina su mandato de diputado nacional), Jorge Moreno, Fidel Saenz, Edgardo Macedo, Raúl Chico y el exdiputado provincial Joao Andrada. Sobre estos nombres deberían consensuar la nombrada Lucía Corpacci y el gobernador, Raúl Jalil, y hasta la conducción nacional del Frente de Todos que encabezan Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Para la grilla de diputados nacionales es “fija” la reelección de Silvana Ginocchio –tiene sus propios méritos- y allí habría más interesados en acompañarla que en el rubro anterior. Hasta Gustavo Saadi, que ya fue legislador nacional y le cedió el cargo a López Rodríguez para ser intendente, pujaría por esta y otras precandidaturas para lo cual ha mandado a encuestar a diferentes figuras de su entorno más íntimo. Por cierto, debajo de los cargos principales, por las bancas de diputado nacional o concejal, “la pechadera” no respetará distancia social. Será a codazos limpios.

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En Juntos por el Cambio, y más precisamente en la Unión Cívica Radical, todo es misterio, más allá de que silenciosamente se preparen reelecciones y variados gambitos. Lo que no es misterio es que allí habrá “si o si”, por lo menos, dos listas, lo que de alguna forma remediará las internas que fueron programadas para el 2 de junio de 2018 y el 7 de febrero de 2020 y fracasaron por la decisión de juntas electoras adictas a la conducción real de la UCR. Otra duda existencial de la oposición será qué hacer con la Coalición Cívica, representada solitariamente por el diputado nacional Rubén Manzi y con PRO, que es el único partido de la alianza que podría aportar los recursos económicos, vitales para enfrentar una elección de esta naturaleza. Ni por cerca creemos que el macrismo vaya a poner plata en una pequeña provincia –demográficamente, se entiende- y no vaya a pedir o exigir nombres. En este marco de negociaciones, mucho tendrá que ver la opinión del senador nacional Oscar Castillo que, cuando más deteriorado parece, suele hacerse más fuerte.

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Otro interrogante que se develará en los próximos días tiene que ver con Luis Barrionuevo, el dirigente gastronómico que hace más de dos décadas que guarda silencio hasta días antes de los momentos clave. Este de los 45 días que faltan para inscribir precandidatos es uno de ellos. Por lo tanto, que a nadie sorprenda que en cualquier momento aterrice en Catamarca y haga los anuncios a los que ya están acostumbrados los catamarqueños. Aparte, son varios los dirigentes locales que lo esperan como maná del cielo para jugar sus propios intereses. A Hugo Daniel “El Grillo” Avila, habría que agregarle los integrantes de la familia –Maxi Mascheroni, Hugo Navarro, su hermana Liliana, etc- y otros dirigentes de menor envergadura, pero no menos ambiciosos.

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Regresando a las arenas radicales conviene detenerse en la figura de Roberto Gómez, el excandidato 2019 a gobernador de la provincia. Acaba de ser sobreseído total y definitivamente en una denuncia de abuso sexual y podría llegar al cierre de listas o a las elecciones mismas (se realizarán el 12 de septiembre) sin la carga judicial que le impidió reelegir como presidente del comité Capital de la UCR. Cualquiera apelación que surgiere no se resolverá en un abrir y cerrar de ojos, sino en un tiempo que estará más allá de la elección. En esa dirección, sus allegados señalan que podría disputar la senaduría y/o diputación nacional y no descartan que logre performances importantes como las que consiguió en tenidas internas o provinciales. Veremos qué pasa con Gómez pero, a esta altura de los acontecimientos, nadie duda que es un actor político con vuelo propio.

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Permanecía en silencio desde hace largo tiempo. Salvo en el arranque, ni siquiera se prendió en los escándalos que dominaron Valle Viejo desde que asumió Susana Centeno. Sin embargo, en la semana que ha pasado volvió a sentirse la voz de Gustavo “El Gallo” Jalile en los principales medios y, siguiendo el discurso de Juntos por el Cambio, todos sus conceptos apuntaron contra el gobierno, como si tal situación hubiera de tapar gestiones suyas que no se destacaron por el orden y la austeridad. La reentré de Jalile, un político que tiene actuación desde la restauración de la democracia, no nos cabe duda que está relacionado al electoralismo que se avecina y que comentamos líneas arriba. Seguramente estará en la pelea por los cargos que se ponen en juego. Ya fue senador provincial y diputado en algunos interregnos de su largo cometido municipal y, aunque no lo dijo, pocos dudan que intentará volver a la Legislatura. Imaginar a Jalile fuera de la política es directamente una ficción.

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Desde que asumió como diputado nacional, el diputado Rubén Manzi no ha cesado en sus críticas al gobierno provincial. Lo hizo de tal forma, a través de comunicados y salidas por zoon que, según su óptica, la gestión de Raúl Jalil es tan magra que no tiene nada rescatable. Nada bueno, por supuesto. Todas sus acciones, en ese sentido, para Manzi fueron en contra del pueblo y los intereses de la provincia. No ha de ser así. Algo rescatable debe haber hecho, como lo hace cualquier gobernante. Ahora ha salido a hablar de vacunas y hasta decir que se ofreció de intermediario para conseguirlas. No aclaró de qué dosis habla y cuánto cuestan, porque todas tienen en común un margen parecido de eficacia, pero el precio no es el mismo. La Sinopharn anda por los 20 dólares, la Sputnik por los 9, la Astrazeneca por los 4 ó 5 y la Pfizer, posiblemente el contacto de Manzi, ronda nada menos que los 40 dólares, o sea unos $6.000 por unidad. Estas posiciones tan poco constructivas del legislador, que sigue a rajatabla el comportamiento de la dirigencia nacional, ha despertado evidentes malestares en la dirigencia oficialista que, lógicamente, defiende a Jalil. Hasta hubo un diputado, considerando la condición de médico de Manzi, que lo invitó a hablar menos y a atender los pacientes que sufren la terrible enfermedad. Sabemos que no lo hará, pero la simbología picó cerca del metro cuadrado del legislador amigo de Elisa Carrió.

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RECUERDOS. Hace una década exactamente, Eduardo Brizuela del Moral y Lucía Corpacci mantenían el primer encuentro reunión formal para coordinar el inédito proceso de transición del poder en la Provincia, que por primera y única vez se extendió durante nueve largos meses, Eso ocurrió porque Brizuela desdobló las elecciones provinciales de las nacionales, y se votó en marzo para recambiar las autoridades recién en diciembre. Sobre la primera reunión con quien había sido su compañera de fórmula cuatro años antes, Brizuela sostenía que “fue muy positiva, estamos dispuestos a colaborar, por lo que se acordó una agenda para ir conversando en temas específicos”, para comentar que volverían a dialogar dos semanas después. El gobernador saliente indicó que la reunión fue distendida, donde se trataron varios temas que hacían a la realidad de la provincia, las posibilidades futuras y sobre situaciones particulares. “Quedamos en abrir una agenda de diálogo donde se irá avanzando en temas, conversando y dándole información por escrito de cada ministerio, secretaría de Estado, para que puedan prepararse para la gobernación que se iniciará el 10 de diciembre. Y que sea por el bien de Catamarca, porque si le va bien a ellos les irá bien a los catamarqueños”, afirmó el gobernador. Lo cierto es que la armonía no duraría mucho, Brizuela se despidió con miles de nombramientos y Lucía asumió declarando que había encontrado la Casa de Gobierno vaciada y sin “una lapicera”.

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