Apuntes del Secretario

domingo, 18 de julio de 2021 01:13

Contrariamente a lo que muchos pensaban, el cierre de las alianzas para las elecciones primarias del 12 de septiembre dejó abundante material para el análisis político. En el único sector donde no hubo grandes novedades fue en Juntos por el Cambio que, aparte de ratificar la nomenclatura, mantuvo a sus socios tradicionales (UCR, PRO, Coalición Cívica y NEO) que cerraron un acuerdo preliminar, lo que no evitaría que haya grandes discusiones por las precandidaturas, las cuales cerrarán en la noche del 24 de julio o las dos primeras horas del día 25. Es que desde el castillismo, siguiendo un estilo ya clásico que aplica para sus propias internas, se establecieron condiciones para poder participar de las PASO. Aquella lista, por ejemplo, que quiera hacerlo deberá presentar “si o si” precandidatos en todas las categorías (senadores nacionales, diputados nacionales, diputados provinciales, senadores provinciales y concejales al menos en 16 jurisdicciones). Rara e inexplicable decisión porque el sistema de primarias hasta acepta precandidaturas unipersonales. Habrá que resolver este intríngulis, pero a nadie debería extrañar que puedan presentarse en los tiempos futuros reclamos en la Justicia Federal.

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Ahora que están inscriptas las alianzas, como dicen los viejos políticos, “comienza la pelea en serio” para saber cuáles serán los precandidatos. En la oposición, dominada por las nostalgias de lo que fue el Frente Cívico, el más fuerte de los socios es la UCR, que a través de Oscar Castillo, ha nominado al intendente de Belén, “Telchi” Ríos, para que lo reemplace en el Congreso de la Nación. Se trata de una precandidatura que ya despierta polémicas. Siguiendo un dicho popular, en el radicalismo creen que se trata “del mismo perro con distinto collar” y existen sospechas de que el Lord Mayor belenista, quizá por comulgar con las políticas del gobierno de Raúl Jalil, no representa actualmente el sentir partidario. De hecho, nada menos que el diputado Francisco Monti –titular a cargo del comité provincialhabló del “Caballo de Troya” para referirse a Ríos como una persona no confiable. El tiro alcanza a Oscar Castillo, quien prácticamente lo bendijo como precandidato. Esta situación preanuncia que el elegido saldrá de las primarias de las que participarían, entre muchos otros, los nombrado Monti y Ríos, Flavio Fama, Roberto Gómez, Alfredo Marchioli, José “Chichi” Sosa y varios alfiles castillistas y brizuelistas, sin contar los nombres que puedan aportar el PRO o la Coalición Cívica, como podrían ser los de Carlos Molina y Mariano Manzi.

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Mucho antes de que Oscar Castillo anunciara que no iba a ir por la reelección de senador nacional, el único que públicamente se había pronunciado dispuesto a enfrentarlos fue el diputado provincial José “Chichi” Sosa, uno de los pocos que en forma sostenida proclamó que todos los cargos debían resolverse por internas y no por los repudiables “arreglos de cúpula”. Ahora, con claro trasfondo de ironía, ha señalado “es una lástima que no participe Castillo. Creo que era la mejor expresión que tenía el esquema tradicional. Lo digo por la experiencia, porque conoce los caminos de la política y por lo que representa”. Pícaro Sosa, sabe que el actual senador sería fácil presa en una primaria y, aunque respeta a Ríos, no lo considera alguien que pueda enfrentar en términos reales al gobierno de Jalil.

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Los cruces o entrecruces entre oficialistas y opositores no son flor del aire. Así tenemos el caso del senador nacional Dalmacio Mera, un hombre que proviene del peronismo y fue elegido tres veces en forma consecutiva por el kirchnerismo (diputado nacional en 2009, vicegobernador en 2011 y senador nacional en 2015) al que, seguramente por malos consejos, después dio la espalda. Hoy juega casi a dos puntas. Podría acompañar, desde una posición muy importante, a Raúl Jalil en la segunda mitad de su mandato o acodarse con Flavio Fama, el más amigo de los radicales que se postularía para el Congreso de la Nación. De la misma forma podrían producirse otras alianzas no orgánicas o juegos políticos en la sombra. Damos a conocer uno, aunque aclaramos que fue explícito: Luis Barrionuevo, por su buena relación con Jalil, decidió apoyar al Frente de Todos en Catamarca y su mujer (Graciela Camaño), que jamás deja de consultar a su marido, se alió con lo que llaman el lavagnismo para apoyar con el Partido Tercera Posición a Florencio Randazzo en la provincia de Buenos Aires.

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La alianza del Frente de Todos en la provincia, por su parte, tiene aliados de todos los colores. Contiene nada menos que a 39 expresiones políticas, de las cuales el salto más importante lo dio el Socialismo, un viejo integrante de las componendas radicales. Pero, además, sumó a la Tercera Posición de Luis Barrionuevo y al MAP del exgobernador Ramón Saadi. Es decir que los viejos rivales de los años 90 y 2000 hoy conforman un esquema que conduce una nueva generación que tiene como figuras salientes a Raúl Jalil y Lucía Corpacci. Si bien ambas apariciones fueron sorpresivas, bueno es aclarar que no serán gratis. El líder gastronómico aseguró en su banca de diputado a Juan Carlos Rojas y posiblemente la del sobrino Maxi Mascheroni en el Concejo Deliberante de la Capital (¿o también irá a Diputados?). Saadi, por su parte, también colocaría un diputado provincial: podría ser su sobrino Vicente Saadi (hijo de su fallecido hermano, “Vicentito”) o su propio hijo, Julián. ¿Podrá ser?

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El Frente Amplio Catamarqueño que logró armonizar en busca de su reelección el diputado Hugo “El Grillo” Avila, en términos fácticos, no parece ser tan amplio. Allí está la corriente nacional “Martín Fierro”, el exdiputado nacional Rubén Yazbek, el Frente Patriótico y algunos dirigentes sindicales, de los cuales destaca el nombre del titular del SOEM, Walter Arévalo. La “Martín Fierro” es un agrupación venida a menos y que en los últimos años ganó en desprestigio por cuestiones judiciales; Yazbek capturó una escasa cantidad de votos al postularse como intendente de la Capital en 2019; Arévalo va por su cuenta y no lo apoya el SOEM y Avila abre un gran signo de interrogación sobre su performance. Puede recoger votos de Tinogasta, de donde es oriundo, algo de Andalgalá por su discurso antiminero, otro poco de Santa Rosa y la única esperanza es que le funcione su discurso antigobierno en la Capital. Aparte, esta vez, a diferencia de 2017, su alianza nunca tendrá la fuerza de Unidad Ciudadana, el partido de Cristina Kirchner que lo llevó a la banca y al cual supo representar.

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Con este panorama y de acuerdo a cómo está planteado el escenario electoral, no hay miras que surja una tercera fuerza, lo que abre paso a una eventual polarización entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Lo de “Grillo” Avila, si se anota como precandidato y logra una diputación provincial para él (no para sus socios) sería una verdadera hazaña. Muy distinto hubiera sido si a esa tercera fuerza la encabezara Luis Barrionuevo, alguien que, además de votos, cuenta con recursos propios o los puede conseguir fácilmente. Lo de Avila, en cambio, es todo cuesta arriba, pero no caben dudan que es valiente y hasta digno al animarse a enfrentar a dos aparatos fuertes, lo cual hace pensar que en algún momento hasta podría bajarse si, como presumimos, la puja asoma muy despareja.

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Duilio Brunello fue una de las figuras políticas más rutilantes de la historia de Catamarca. Fiel escudero y amigo personal del general Juan Domingo Perón, supo conducir el Consejo Nacional del PJ, fue senador por Catamarca y, en la época de “fuego y sangre”, interventor de la provincia de Córdoba. También ofició de docente y ocupó diversos cargos provinciales en administraciones peronistas como las de Juan León Córdoba, Vicente Saadi o Armando Casas Nóblega. A los 95 años, el pasado 9 de mayo, terminó su pasaje terrenal y sus restos –fueron cremadospermanecen en Buenos Aires, donde vivió durante mucho tiempo. El próximo 25 de julio, lo anunciamos en exclusivo, volverá a su tierra natal y justo sería que el Partido Justicialista de Catamarca le brinde el homenaje que se merece tan destacada figura de la política catamarqueña y argentina.

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Curiosa parábola la del partido FE, aquel que formara el sindicalista de los peones rurales, “Momo” Venegas”, para apoyar la carrera de Mauricio Macri hacia la presidencia. Con la desaparición física del gremialista, la agrupación que en Catamarca tenía como referentes a Hugo Melo y a Domingo Javier Vicente Aredes se mudó a las trincheras del Frente de Todos. Los vaivenes del conocido exdirigente bancario son conocidos y parecen ser distintos a los de Aredes que, hace dos meses atrás, le aseguró a El Esquiú un cambio de rumbo. Así no más fue.

El Esquiú

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Indiferencia

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