Apuntes del Secretario

miércoles, 18 de agosto de 2021 01:47
miércoles, 18 de agosto de 2021 01:47

La batalla entre las alianzas que disputarán el 12 de septiembre la interna radical, negada por las conducciones de los años 2018 y 2020, va a crecer en expectativas con el correr de los días. De eso no hay dudas, Y si bien hasta ahora los eventuales rivales trabajan armoniosamente en la organización de los planes proselitistas, a nadie escapa que competirán el pasado con el futuro. Más claro: ese día se enfrentarán el castillismo, que se reunió bajo la sigla “Adelante Catamarca” y el anticastillismo que tiene un nombre más acorde con sus planes: “Cambia Catamarca”. Por lo tanto, no es un pleito más. La jornada electoral de referencia lo tendrá como el “plato fuerte” y su resultado producirá resultados muy importantes y, está claro, trascendentes. El ganador enfrentará en noviembre a los candidatos del gobierno provincial, con Lucía Corpacci a la cabeza, mientras que el perdedor se quedará en el camino, no será protagonista del “partido final” al que, lamentable para sus precandidatos, tendrá que observar desde las tribunas. En vista a ese “partido final”, lo que pasa por estos días es como una especie de entrenamiento: los precandidatos radicales de ambos bandos “creen” que están haciendo política dirigiendo la crítica al gobierno, lo cual siempre es lo más fácil. La batalla decisiva será otra. Y de alguna manera comenzó con un fuerte cruce que involucró a la diputada Pons.

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Por si fuera poco lo que se pone en juego, al mismo tiempo de la nominación de los candidatos, se dilucidará una conducción real de la UCR, la que en los últimos 30 años fue manejada –nunca más bien empleados el término- alternativamente por el castillismo primero, el brizuelismo después y nuevamente el castillismo hasta nuestros días. Todavía de aquellos mandatos, caracterizados por el montaje de artimañas propias de la política del fraude, se conservan algunos lastres. Por ejemplo en la lista castillista, dejando de lado a los precandidatos nacionales “Telchi” Ríos y Patricia Breppe, figuran Luis Fadel y Víctor Luna. El primero diríamos que representa la “ficha limpia” y la excepción. Es un dirigente intachable que fue secretario privado de Oscar cuando éste era gobernador y quedó al frente del PAMI en el interregno macrista. Pero Luna es un “pelotazo en contra” que produce escozores entre los militantes radicales: no conforme con seis mandatos legislativos consecutivos (cuatro de senador por La Paz y dos diputaciones provinciales) quiere seguir, seguir y seguir. ¿No podría probar algún día con trabajar de verdad? Después está la nombrada María Alejandra Pons, que representa a Gustavo “El Gallo” Jalile y María Alicia Paz, una hija política del exgobernador Brizuela del Moral. Sacando a Fadel, bien podríamos afirmar “los mismos de siempre”, esto sin considerar siquiera que Lobos Vergara se mantiene como apoderado. La otra lista, con nombres menos “rutilantes” que los nombrados, nos parece más nueva y heterogénea. La integran Enrique Césarini, Silva Carrizo, el santamariano Carlos Marsilli, María Cristina Gómez y Mariano Manzi.

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No hay caso. Se trata de la obsesión fatal de un diario local con YMAD. Como ocurre periódicamente, sigue insistiendo con que el organismo tripartito hizo un mal negocio al alquiler por 12.5 millones de dólares las instalaciones que, en una UTE, compartía con Minera la Alumbrera. Por contrario sensu, según el flojo relato, el favorecido con la operación es Yamana, la multinacional propietaria del proyecto Agua Rica.  Esto se resolvió hace dos años cuando gobernaba el macrismo, quien había puesto al frente de YMAD a un hombre de sus propias filas que, según el comentario al que aludimos, reemplazó a Manuel Benítez, defendido por el odiado y vapuleado kirchnerismo de estos ondulantes escritores. Amanuenses, mejor dicho, de los caprichos de mentes extraviadas que afirman que el delegado macrista, un tal Albarracín, produjo “la licuación  del legado que dejó Manuel Benítez”. En este punto la mentira alcanza dimensiones enormes. Porque fue este funcionario el que dilapidó la fortuna que pasó por YMAD en los años jugosos de la explotación de Alumbrera. Basta con repasar los balances del organismo para darse cuenta cómo Benítez –lo repetimos, nombrado por el kirchnerismo- gastaba el dinero, entre otros cosas otorgando millonarias pautas a reconocidos venales del periodismo argentino y de Catamarca, incluido el diario que se anima a criticar y tergiversar la historia sin sustento alguno.

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Y como la vergüenza no tiene límites, en el libelo de estos días no tan solo se defiende a un kirchnerista emparentado con la corrupción –su nombre fulguró en varios expedientes judiciales que trataban la venta ilegal del oro de Farallón Negro-, sino que destaca que no se haya aprovechado la posición de la Universidad de Tucumán -el cáncer que se lleva ganancias a sus arcas que son nuestras- respecto al acuerdo final. Dice que por la acción, poco menos que heroica de la UNT, la presidencia de YMAD –ejercida por Fernando Jalil- debió haber pujado por la revisión de un acuerdo que, en su momento, no solo salvó a YMAD, sino al propio Farallón Negro, la mina que da trabajo de calidad a más de 500 personas, 400 de las cuales pertenecen a una de las zonas más pobres del norte belicho. Obviamente que con este tipo de comentarios no sólo se mantiene la obsesión fatal que, paralela a una sumisión incomprensible, continuará con estériles repeticiones a lo largo del tiempo, sino que se perjudica el proceso minero que resulta vital para el despegue de la provincia. 

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Aquel acuerdo era muy difícil de lograr. Las instalaciones de la UTE no tienen oferentes varios. Hay uno solo, Yamana, que a seis años o más de comenzar la explotación, se animó a entregar más de 12 millones de dólares para mantener el desmanejo proverbial que había dejado Manuel Benítez en YMAD y salvar la mina de Hualfín. Sin esa plata se corría peligro de accidentes fatales o del mismísimo cierre por razones de seguridad. Aparte, en el supuesto que el pago no este ajustado a la realidad, hay tiempo para reajustar en los próximos años cuando se avance con la puesta en marcha de la explotación. Eso será misión de Jalil, no anular lo que ya está actuado por asamblea oficial de un directorio al que no integraba cuando se firmaron las actas. ¿Queda claro que se está acusando mal y vaya a saber por qué motivo?

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El Seminario Internacional: Litio en la Región de Sudamérica organizado por Panorama Minero desde 2011 se organizó con la provincia de Catamarca como sede, pero a poco más de un mes para su inicio, se modificó la decisión. La organización acordó un cambio de sede junto con el gobierno provincial y finalmente la 10° edición del encuentro minero se realizará en la Ciudad de Buenos Aires. La fecha sigue siendo la confirmada previamente, el 28 y 29 de septiembre con locación aún a definir en CABA. En el anuncio, Panorama Minero, histórico organizador del evento, destacó que la decisión se tomó luego de “una estrecha comunicación con el Gobierno de la provincia de Catamarca y tras evaluar conjuntamente la situación en términos sanitarios y de movilización de personas”, aunque aclararon que la próxima edición, en 2022, volverá a apostarse por Catamarca como sede de un evento que históricamente se realizó en las provincias del NOA (Salta, Jujuy y Catamarca) y que ahora de manera extraordinaria se migrará a Buenos Aires. Cabe destacar que se trata de uno de los eventos líderes relacionados al litio en todo el mundo, con una asistencia de más de 500 personas por edición y un amplio alcance internacional.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, en el último bloque de los “Apuntes” incluimos los hechos del pasado. Gran revuelo político provocó el 22 de febrero de 1990 la renuncia del doctor Julio Mera Figueroa, entonces ministro del Interior del expresidente Carlos Menem. En medio de una jornada con variadas y alarmantes versiones sobre la marcha del país, el mandatario riojano rechazaba la dimisión y le ratificaba su confianza, pidiéndole que continuara en el cargo. El dirigente salteño, al exponer las razones, expresaba “No cumplí una misión de carácter funcional-administrativa en la forma que el presidente consideró que tendría que haberlo hecho”, y agregó que por razones de ética debía renunciar. Mera Figueroa, sin embargo, iba a seguir con Menem hasta el final del primer mandato e iba a tener gran influencia sobre los históricos acontecimientos que iban a suceder en nuestra provincia. Efectivamente es así. El 17 de abril de 1991, cuando la Casa Rosada resolvió intervenir Catamarca, Mera tuvo a su cargo la organización política de la intervención y, tanto Ramón Saadi como la doctora Alicia Saadi, lo trataron de traidor. Esto se debía a que el “flaco Mera”, como se lo conocía en el saadismo, era un dirigente de máxima confianza de don Vicente Saadi. En los momentos más complicados para el peronismo, en la década del 80, realizó las más complejas operaciones para instalar al viejo caudillo en la conducción del Consejo Nacional Justicialista. Lamentablemente para los hijos de don Vicente, y quizá para él mismo Mera, la orden de intervención cortó de manera abrupta las relaciones de amistad que habían existido por largos años. Como último dato de este recuerdo, debemos consignar que Julio Mera Figuera era tío carnal del exgobernador de Salta (Ortubey Mera) y del actual senador nacional de Catamarca, Dalmacio Mera.

El Esquiú
 

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Comentarios

18/8/2021 | 10:11
#149006
El tal libelo que isteriquea con el acuerdo de alquiler de instalaciones de alumbrera busca tener un mordisco que lo ayude a mantenerse en circulacion. Las instalaciones en cuestion estan totalmente amortizadas y su valor se reduce a lo que se pueda recuperar con su desguace siempre que esta tarea sea rentable, si no se verificara esa hipotesis su valor seria cero. Todo lo que se pueda ingresar con su alquiler es ganancia neta y beneficio para su propietario.
18/8/2021 | 08:15
#149005
cuando va a dar la cara quien escribe, no conozco diario que escondan al que escribe

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