El Secretario

martes, 21 de septiembre de 2021 01:17
martes, 21 de septiembre de 2021 01:17

Las imágenes difundidas ayer de las tareas que se realizan en la histórica Gruta de Choya, causaron estupor en miles de fieles, e incluso motivaron una manifestación por la tarde, reacciones que pueden considerarse lógicas tratándose de uno de los sitios más emblemáticos de Catamarca. Si la comunidad reaccionó cuando se demolieron íconos como el edificio de la Sociedad Española o la Manzana del Turismo, y hubo múltiples expresiones de malestar cuando se observaron máquinas pesadas trabajando en Casa de Gobierno, la resistencia generada en esta ocasión era claramente previsible.
*****


La Gruta es, además de un sitio histórico, un espacio sagrado para la gran mayoría de los catamarqueños y para creyentes de todo el Norte argentino, que tienen ese rincón abrazado a sus sentimientos más profundos, a su identidad y a su propia fe. Sobre mil temas puede debatirse en Catamarca, pero es sabido que la Virgen del Valle y todo lo que se vincula con Ella son muy caros a los afectos de los comprovincianos, y al margen de que se pueda compartir o no su devoción, se impone el respeto a todo lo relacionado con la Madre Morena.
*****


En este punto, el proyecto que allí se lleva adelante queda al margen de la discusión. Las etapas ya finalizadas de la obra son magníficas, y probablemente también sean positivas las que se están ejecutando. Sin dudas un santuario tan concurrido merece una estructura acorde a la cantidad de visitantes que recibe, quienes podrán contar con más comodidades y servicios cuando todo concluya. Lo que falló, evidentemente, es la comunicación. Es natural que ahora miles de catamarqueños se sientan heridos, porque ver una demolición en La Gruta lastima emocionalmente a quienes vivieron allí experiencias profundas, familiares o personales. La Gruta no es, en definitiva, una plaza que se remodela sin más trámite. Quizás se podría haber actuado ofreciendo una mayor atención a los fieles, llevando tranquilidad y haciéndolos partícipes de la obra. No costaba nada y les ahorraban un mal momento: todavía se está a tiempo.

El Esquiú.com

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
25%
Bronca
12%
Tristeza
25%
Incertidumbre
37%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias