Sin la euforia de otros tiempos y sin expectativas de una gran participación de los ciudadanos, a las 8 de la mañana del viernes se producirá el cierre de la campaña política para las elecciones primarias (PASO) del venidero domingo. Para que este sea el escenario de la primera tenida electoral nacional –la segunda y definitoria será en noviembre-, sin dudas que una pandemia que lleva 18 meses le ha quitado pasión a una elección que es muy importante para el futuro de la Argentina. También una especie de descrecimiento de la política influye negativamente y en lo que atañe estrictamente a Catamarca, convengamos que las propuestas de los precandidatos no son precisamente atractivas. De todas formas, elecciones son elecciones y el domingo venidero, aun a desgano, el pueblo argentino y gran parte de los cenáculos políticos del mundo estarán pendientes de lo que vaya a ocurrir en el enclave más austral de Sudamérica.

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La elección catamarqueña, aparte de convertir a los precandidatos nacionales en candidatos para noviembre, ofrecerá un panorama de lo qué puede ocurrir con la conformación de las cámaras legislativas y los concejos deliberantes de toda la provincia. En esta dirección, la oposición juega mucho más de lo que han expresado sus dirigentes. Si bien es consciente que mejorará los números de 2019 –peores no pudieron ser-, hay que ver en qué medida lo hace. De ello dependerá que el oficialismo, independiente de mantener el quórum en ambas cámaras, no logre los dos tercios para aprobar proyectos de extraordinaria relevancia institucional como podría ser la reforma de la obsoleta Constitución provincial, a la que todos dicen apostar pero a la hora de votar en el recinto el radicalismo va para atrás y saca a relucir un ramillete de pretextos para impedir se toque la llamada “ley de leyes” que, paradójicamente, tanto criticó en 1988 cuando fue sancionada. De hecho la UCR se abstuvo de participar y no presentó candidatos a constituyentes hace 33 años. Un dato adicional: en más de 30 días de campaña nadie habló en serio de la Constitución, a la que bien podríamos parodiar con un recipiente institucional que filtra por agujeros de distinto tamaño.

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Así las cosas se prevén dos o tres enfrentamientos que concitan interés y atención. El más importante de ellos, sin dudas, será la interna radical, en la que finalmente se enfrentarán el castillismo y el anticastillismo. Tanto la dupla de “Adelante Catamarca” que integran Daniel “Telchi” Ríos y Patricia Breppe, como “Cambia Catamarca” que propone a Flavio Fama y Francisco Monti para los cargos nacionales (senadores y diputados), vienen trabajando a full, pero ninguno se anima a preanunciar un triunfo. Sin embargo, hay una danza de encuestas, falsas y verdaderas, que analizan el voto radical y los aportes extras que pueden venir por tratarse de una elección abierta, o sea que hasta los propios peronistas pueden votar en el duelo “rojiblanco” que, como se sabe, es a lista completa. Uno de esos relevamientos colocaría a Fama-Monti con una ventaja importante sobre Ríos-Breppe, aunque hay otros que otorgan ventaja, aunque no tan apreciable, al castillismo. Será cuestión de esperar, calmar las ansiedades y contar los votos. Por ahora solo interesan los cierres de campaña que se producirán entre hoy y mañana. Y convengamos, finalmente, que se trata de una interna radical demasiado peculiar: desde ambas listas no hablan de la UCR, de su presente y futuro, y solo se limitan a criticar al gobierno. ¿Raro, no?

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Otras batallas importantes tienen que ver con el oficialismo y se librarán en los departamentos Capital y Santa Rosa. En San Fernando del Valle la lucha es por las concejalías. Son siete los candidatos y de ellos quedarán cuatro en puestos expectables para la contienda de noviembre. Por lares santarroseños, el duelo de mayor importancia será por el gobierno de Los Altos. El intendente César Rafael Olveira tratará de acceder a un cuarto mandato consecutivo (mantiene el poder territorial desde 2009), pero esta vez tendrá un rival que viene en franco ascenso: nos referimos al senador Héctor Barot. En esta oportunidad, aquí se produce una situación muy particular: Olveira siempre tuvo una buena relación con el actual gobernador, Raúl Jalil, y el senador oriundo de Alijilán goza de las simpatías de la diputada nacional y exgobernadora, Lucía Corpacci.

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Por las tres disputas señaladas pasarán los títulos principales del día lunes 13, aunque muy pocos dudan de quién será el precandidato más votado. En ese sentido las preferencias se inclinan claramente por la figura visible que tiene el Frente de Todos y que no es otra que Lucía Corpacci. A propósito de la exgobernadora. Fuerzas opositoras salieron el lunes a atacarla con golpes de baja estofa. En varios de sus carteles de proselitismo se inscribió la frase “no más abortos”, alusión directa al voto que emitiera la legisladora cuando se trató la ley que dividió a “verdes” y “celestes”. Como toda la política lo sabe, aquella situación no fue una cuestión partidaria sino un acto de conciencia de todos los legisladores en referencia a los derechos de la mujer. Lucía explicó el voto desde su posición de médica, pero también desde las veredas opositoras, entre los catamarqueños, hubo quienes votaron a favor. El caso patético es el de Oscar Castillo, por lo tanto descreemos que el vandalismo –apoyado por sectores retrógrados de la Iglesia Católica- haya nacido de “Adelante Catamarca”, la alianza radical que conduce el senador.

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Castillo no aparece mucho en estos tiempos, aunque se sabe a ciencia cierta que el domingo se juega mucho. Pone en juego su nombre y trayectoria. Sin embargo, por primera vez en casi seis años, desde un medio que jamás se refiere a su gestión, se animó a hablar en términos no laudatorios del gobierno de Macri. Se trata, claramente, de una estrategia electoral basada en el cambio de discurso. Sabe perfectamente que, en la provincia, los niveles de imagen del expresidente andan a ras del piso y ya no conviene alabarlo. Mucho menos defenderlo.

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Por fin fue habilitada, durante el mes pasado, la nueva sede del PAMI, que se levanta en un hermoso edificio de la avenida Güemes, a la par de la AFIP. Sobre el particular merece destacarse que el Estado nacional venía pagado un suculento alquiler desde hace prácticamente tres años y, al mismo tiempo, pagaba el alquiler de la céntrica calle San Martín, donde la obra social de los jubilados funcionó durante muchos años. Que se haya cortado el doble pago, si es que efectivamente es así, no deja de ser una buena noticia porque el dinero que se gasta “a la marchanta” no es de los funcionarios de turno, sino de todos los argentinos.

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El reciente pago de utilidades por parte de YMAD a la provincia –unos 327 millones de pesos- por la explotación de Farallón Negro movió las más variadas opiniones. Hubo quienes criticaron el monto y relacionaron el traspaso de dinero con el adelanto de 12.500.000 dólares que recibió la empresa interestadual por el alquiler de las instalaciones que posee en una UTE con Minera Alumbrera. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Las regalías o utilidades provienen de la mina de oro que se levanta en Hualfín, la que precisamente fue salvada por el adelanto que Yamana hizo seis años antes de iniciar la explotación de Agua Rica, calculada para 2025. También los críticos de estas medidas deberían saber que estos desembolsos por Farallón Negro no se hacían desde hace más de tres décadas, un símil de lo que ocurría con la tristemente célebre SOMICA, la que desapareció pero dejó un reguero de irregularidades que todavía la Justicia no termina de resolver. Por último: además de la justicia del pago a la provincia, hay que dejar en claro que se le limita las ganancias a la Universidad de Tucumán, el socio bobo que tiene la provincia y que cuenta con dos directores en YMAD.

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RECUERDOS. Como lo hacemos habitualmente, cerramos los comentarios con el repaso de hechos del pasado.

El ex gobernador de Santa Fe, Víctor Reviglio, denunciaba en febrero de 1990 hechos de violencia y saqueos en la ciudad de Rosario que se repiten hasta la actualidad. Aclaraba entonces que habían sido “aislados y esporádicos”. “No tienen la magnitud de los de mayo de 1989”, decía. También aseguraba que la situación estaba bajo control. Sobre estos hechos, necesariamente, hay que relacionarlos con el adelantamiento de la entrega del gobierno por parte del doctor Raúl Alfonsín. En mayo de 1989, los saqueos en la "Chicago Argentina", como se le llama a Rosario, fueron tan violentos que decidieron al expresidente de la Nación a negociar con Menen la entrega del poder el día 8 de julio, en lugar del 10 de diciembre que, como se sabe, era lo que correspondía. A pesar del cambio, en lo que quedaba de 1989 y gran parte del 90, hubo inestabilidad institucional y la situación económica fue un verdadero tembladeral, lo que obligó al expresidente Menem a cambiar cuatro ministros de Economía, aunque uno de ellos haya sido por fallecimiento. Finalmente llegó Domingo Felipe Cavallo y al poco tiempo instauró la Ley de Convertibilidad, que terminó con la inflación aunque abrió otra grieta que iba ceder, en 2001, de la peor manera.

El Esquiú