Apenas tres semanas transcurrieron desde la apertura del Ciclo Lectivo 2022, y los protocolos sanitarios dispuestos por las autoridades empiezan a chocar con el cansancio de parte de la población,  al tiempo que se multiplican opiniones de toda clase en torno a la conveniencia de adoptar o rechazar determinadas medidas. En realidad es curioso que los cuestionamientos hayan surgido y también que se hayan propagado tan rápido, considerando que este mes la totalidad de los alumnos de los diferentes niveles retornaron juntos a las aulas luego de un traumático período de dos años. Aquellos tristes días de escuelas cerradas, clases virtuales, cuadernillos, plataformas y burbujas, parecen haber quedado en el olvido para muchos.

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Lo concreto es que al iniciarse este año, las autoridades nacionales dispusieron todo un protocolo denominado “Aula Segura”, mediante el cual se establecieron normas y comportamientos atentos a la situación sanitaria, que si bien afortunadamente permitió superar los momentos más críticos, todavía impide relajarse. El protocolo en cuestión, implementado para todo el país en ocasión de la vuelta a las clases presenciales en los niveles inicial, primario y secundario constaba de seis pilares básicos: asistencia cuidada, vacunación, uso de barbijo, ventilación, higiene y limpieza y, distancia. Puntos claros y precisos para el cuidado mutuo de alumnos, docentes, no docentes e indirectamente las familias de los alumnos. No era de tan difícil cumplimiento, pero en menos de 20 días ya se aburrieron varios.

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Varias jurisdicciones como la Capital Federal, Mendoza, La Plata y Tierra del Fuego, entre otras, decidieron por su cuenta eliminar la obligatoriedad del uso del barbijo en el ámbito escolar, desoyendo cualquier consejo médico. La medida fue calificada por especialistas como “apresurada” teniendo en cuenta que todavía existe circulación de coronavirus además de otros virus respiratorios como el influenza, para lo cuales las mascarillas también serían una herramienta útil de prevención. En Argentina, luego de 8 semanas consecutivas de descenso del número de casos de COVID-19 ocasionada por variante Omicron, se registra un amesetamiento en la tendencia, detalle que se suma a la detección de circulación temprana de un alto número de casos de influenza, especialmente en población pediátrica. Tras evaluar la situación minuciosamente, en el Consejo Federal de Salud se consensuó seguir con el barbijo, medida insuficiente para aplacar rebeldías.

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Catamarca, pionera en el país en imponer esta protección, no se dejó llevar por la ola y se mantiene firme. De hecho días antes de empezar las clases el Poder Ejecutivo Provincial emitió el Decreto N° 377 en el cual se establece “el uso obligatorio de barbijo a partir del Nivel Primario en todas las instituciones educativas de Gestión Estatal, Privada, Cooperativa y Social, tanto para alumnos, alumnas como para personal docente y no docente, siendo opcional su uso solo para niños y niñas del Nivel Inicial”. Ante las noticias que llegan de otros distritos se oyeron algunas quejas, pero no hay señales de la se vaya a retroceder con la medida a corto plazo, y enhorabuena si sirve para cuidar a los más chicos.

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El catamarqueño Luis Barrionuevo, que la semana pasada celebró sus 80 años plenamente activo, no pudo festejar de la manera deseada, porque acaba de sufrir un duro revés en el control del gremio que lidera hace décadas a nivel nacional: la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA). El villacubano está envuelto desde hace un tiempo en una dura batalla de poder con ribetes complejos, ya que la conducción del sindicato desató una suerte de guerra familiar. UTHGRA fue a elecciones y, aunque Luis ganó a nivel país, perdió la Capital Federal a manos del hermano de quien fuera su esposa, Graciela Camaño. Y para el gremio gastronómico, la delegación porteña equivale virtualmente a conducirlo todo, porque el universo de afiliados en esa zona es tan inmenso que el resto del país pierde peso ante la influencia y el poder de CABA.

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La elección en cuestión estuvo precedida de arduas pulseadas, y como era previsible una vez concluido el comicio florecieron impugnaciones y recursos. Luis confiaba en que la Justicia anulara el acto de votación, pero no obtuvo los resultados esperados. La Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ratificó la validez de las elecciones en las que fue reelegido Dante Camaño, su ex cuñado, como titular de la Seccional Capital de la UTHGRA, al desestimar su apelación contra un fallo en primera instancia de la jueza Ana Clara Alfie que había dejado en firme esos comicios del 2 de diciembre pasado. Sin perder tiempo, Camaño anunció que asumirá esta misma tarde. En realidad sólo queda un último recurso: llevar el caso a la Corte Suprema, pero conociendo el espíritu combativo de Luis, es casi un hecho que avanzará hasta el final. Son las brasas de una relación entre Barrionuevo y Camaño que duró cuatro décadas, y disuelto el matrimonio derivó en una lucha más encarnizada. No sería para menos: medios de prensa porteños aseguran que hay en juego, entre otras cosas, depósitos bancarios de la seccional Capital de UTHGRA por montos que rondarían los 40 millones de dólares. Toda una ironía que Luis, que después de muchos años está en pacífica sintonía con el gobierno nacional y el gobierno catamarqueño, tenga ahora un frente de conflicto allí donde mandaba sin rivales.

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Con inusitada violencia verbal, el sindicalista Leonardo Burgos cargó contra las autoridades de Salud, y prácticamente reclamó la cabeza de la ministra Manuela Ávila, quien inició su gestión recién a fines de diciembre. Burgos, cabeza de ATSA, acusó a la ministra de no atender o atender mal, y se preguntó sin diplomacia si entre los funcionarios de Salud “no tienen capacidad para ver las cosas, o no quieren que los investigue o no saben qué carajo está pasando, pero realmente es una situación muy desagradable”. El eje del conflicto es el compromiso de dar estabilidad a los precarizados del área, asumido durante la pandemia, y que al parecer no se cristalizó ni marcha según las expectativas del sindicato. El enojo de Burgos parte, según expresó él mismo en redes sociales, de que “cada uno arma su lista”, y por lo visto él también tiene la suya. Será una situación para revisar, pero en última instancia difícilmente la mayor responsabilidad sea de la ministra Ávila, quien no lleva ni cien días en su cargo y se habrá encontrado con este descontento ya avanzado.

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RECUERDOS. Los diarios del 23 de marzo de 1976 ya anunciaban el inminente derrocamiento de Isabel Perón: daban cuenta de un ambiente de crisis, agudizado por muertes violentas y negociaciones infructíferas. Al día siguiente, la presidenta fue detenida por los militares. Tanques y soldados rodearon la Casa Rosada y en la madrugada, la presidenta Isabel Perón fue depuesta por en un golpe de Estado incruento en ese instante, pero que abriría la puerta al horror mismo, con el inicio del terrorismo de Estado. Ella voló en un helicóptero creyendo que viajaría hacia su casa, pero la tripulación la llevó al aeropuerto metropolitano donde fue detenida. Jorge Rafael Videla, el 29 de marzo de 1976, asumió como presidente de facto, en el primer capítulo de una dictadura nefasta que se extendería hasta 1983. Videla murió en 2013. Isabel vive en España, con 91 años. En todo el país, desde 2002 se conmemora El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia por los acontecimientos ocurridos aquel 24 de marzo, y fundamentalmente en los años posteriores.

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