Para limar asperezas

El quiebre del oficialismo nacional es tan notorio y las elecciones generales están tan próximas, que a nadie pasa desapercibido un detalle: si se mantiene este escenario de internas y división, será el propio Gobierno quien allane el terreno para el crecimiento de la oposición, con el riesgo cierto de volver a perder aquello que se recuperó en 2019. Los dardos cruzados -directos e indirectos- que vienen intercambiando los Fernández, presidente y vice; flaco favor le hacen a un peronismo que además enfrenta múltiples complicaciones en su gestión. Es una guerra política en la que el fuego amigo resulta más dañino que la propia amenaza macrista, radical y libertaria.

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Ante la evidencia, se organizó una cumbre con representantes de distintos sectores del PJ, quienes seguramente procurarán limar asperezas y enderezar el rumbo antes de que el proyecto completo muerda banquina y desbarranque. Por Catamarca asistirá Lucía Corpacci, y entre las principales figuras invitadas aparecen el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro; el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el gobernador de San Juan, Sergio Uñac; el exmandatario de Salta, Juan Manuel Urtubey; el senador Adolfo Rodríguez Saá (San Luis); el diputado nacional y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, y otros legisladores nacionales como Juliana Di Tullio, José Mayans, Eugenia Duré, Emiliano Estrada y Vanesa Siley, entre otros.

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El cónclave será en Mendoza, y la premisa construir una Mesa Política del Frente de Todos más amplia, capaz de resolver los dilemas internos y garantizar que, aunque las diferencias persistan, no habrá quiebres dramáticos en la recta final hacia las elecciones del 2023. Por eso habrá lugar en la mesa espacio para virtuales opositores, ya que la idea es acordar con los disidentes. La salida a la crisis, ante un grupo tan heterogéneo, sería que las candidaturas se resuelvan en las PASO y no más a dedo, aunque sugerir esa conclusión sería adelantarse demasiado.

El Esquiú.com