¿Tiempo de revancha?

Llegó al mundo de la política de la mano de Carlos Menem, que buscaba caras nuevas entre figuras mediáticas y deportivas, pero a fuerza de constancia y obediencia fue creciendo en el último cuarto de siglo hasta convertirse en una figura con peso propio. Daniel Scioli, surgido del selecto mundo de la motonáutica, fue luego legislador, secretaro de Deportes, secretario de Turismo, gobernador bonaerense, vicepresidente de la Nación y candidato presidencial. Le tocó perder en 2015 en el ballotage contra Mauricio Macri, pero aquel debate que selló su suerte terminaría por reivindicarlo tiempo después, cuando se advirtió que fue él, y no su vencedor, quien describió lo que ocurriría con el líder del PRO en Casa Rosada.

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Scioli esperó pacientemente su momento y encuentra ahora la posibilidad de recuperar plenamente protagonismo, al incorporarse al gabinete de Alberto Fernández en reemplazo del desplazado Matías Kulfas. Luego de una notable gestión en la embajada brasileña, el político identificado con el color naranja vuelve con un plan para posicionarse como opción ante la interna oficialista, que tiene entre kirchneristas y albertistas una batalla sin solución. ¿Puede Scioli emerger como un candidato de consenso y volver a competir en 2023?.

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A poco más de un año de las elecciones, la idea no puede descartarse. Por lo pronto, Scioli no desaprovechará la oportunidad que se le presenta, y lejos está de su proyecto gozar de la comodidad del despacho ministerial. Se anticipa que, al frente de Desarrollo Productivo, iniciará una larga recorrida provincia por provincia, en lo que bien puede convertirse en el inicio de su campaña personal. Ya lo conocen, tiene grandes vínculos y un nombre de peso. Sería aventurado señalarlo hoy como presidenciable, pero el panorama actual indica que como mínimo entrará en la discusión a la hora de barajar los principales nombres del peronismo, para un comicio decisivo que ya está prácticamente a la vuelta de la esquina.
El Esquiú.com