“Una calesita argumental”

La causa judicial abierta a partir de la caída casi simultánea de una media docena de entidades financieras en Catamarca, sigue acumulando semanas y meses con múltiples trámites e incidentes procesales que, no obstante, no conducen a cambios esenciales de la situación; en particular en torno a Adhemar Capital. Como el ciclo del agua que se repite una y otra vez, aquí los diálogos entre las partes resultan recurrentes y prácticamente calcados. Los ahorristas/inversores que quieren recuperar el dinero, Edgar Bacchiani jura que va pagar y aclara que no puede desde la cárcel, la Justicia indaga si realmente tiene dinero, Bacchiani afirma una y otra vez que sí, la Justicia le pide que lo demuestre, etc., etc.

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Ayer, tras casi dos semanas de deliberación, se decidió finalmente denegar el pedido del imputado para que se le otorgue el beneficio de la prisión domiciliaria, un paso que él mismo definió como la llave que abre la puerta de los pagos, a tal punto que defensa y querella se unieron para respaldar la movida. Pero el juez Miguel Ángel Contreras no cedió, en sintonía con lo que había expresado el fiscal Santos Reynoso, porque siguen sin verificar que el dinero para cancelar compromisos exista, así como ignoran –en caso de que existiera- su origen y procedencia.

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Quizás Bacchiani haya desperdiciado una buena oportunidad al comienzo de la historia, cuando sí se le otorgó la domiciliaria y no cumplió lo prometido. Esta vez, a riesgo de quedar en ridículo, le exigen muchas más condiciones para sacarlo de la cárcel. La temperatura y el ánimo de los damnificados sigue en aumento, la paciencia se agota, pero los tiempos procesales no marchan al ritmo de las necesidades particulares. Hoy la causa está en una calesita sin definiciones, y aun así gira mucho más rápido que otros reclamos, sobre los cuales no se advierten mayores novedades. Quien esperaba una resolución rápida y feliz para este tema, puede ir acomodándose en la reposera, porque esto va para largo.
El Esquiú.com