Prudencia imperativa

Trascendió en los últimos días el caso de un presunto abuso sexual en un ámbito educativo, que derivó luego en incidentes protagonizados por familiares de los involucrados. Con algunos detalles imprecisos y otros erróneos, el hecho se difundió como un incidente ocurrido en una institución educativa, cuando en realidad su naturaleza fue completamente distinta. La denuncia efectivamente existió, pero refiere a un acontecimiento que habría tenido lugar en un domicilio particular, y el único lazo con la escuela es que denunciante y denunciado asisten a un mismo establecimiento y a un mismo curso.

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Ante el incidente planteado, autoridades educativas tomaron conocimiento del hecho, pero su capacidad de intervención es virtualmente nula, por cuanto se trata de un hecho de instancia privada. Sin ninguna orden o mandato judicial, todo lo que recibió la institución fue la recomendación de Fiscalía para que los involucrados en el presunto hecho no compartieran aula, algo que ya sucedía porque uno de ellos seguía las clases de manera virtual, de modo que no tiene -en el día a día- contacto en la escuela con la otra persona.

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Por las características del hecho, se hace imperativo, más allá de cualquier detalle, la prudencia. Prudencia en cualquier intervención pero sobre todo en la tarea informativa, porque en definitiva ambos son menores, y cualquier aspecto que salga a la luz podría tener consecuencias negativas, ya sea en la investigación abierta o en la potencial vulneración de los derechos de los menores. Que haya existido algún episodio violento o desorden posterior, como el mencionado acto de los familiares, es en definitiva una reacción que no puede arrastrar al resto de los actores. Y por sobre todo, debe protegerse al ámbito educativo y a una institución que apareció envuelta lateral e indirectamente en una cuestión completamente ajena al proceso de enseñanza-aprendizaje que es el que le compete. Las indagaciones judiciales deberán ahora conducir al esclarecimiento necesario, momento en el cual recién podrán deslindarse responsabilidades.

El Esquiú.com