El retorno del Ejército Argentino a Catamarca fue una novedad bien recibida, en líneas generales, por la comunidad, pero surgieron también algunas voces disidentes, incluso desde un sector del oficialismo, que cuestionó la calidad de prioritarias de las obras necesarias para que el regreso se concrete. Al margen de que toda opinión es respetable, debe recordarse que estas obras no representan sólo gasto, sino que también son generadoras de empleo y movilizadoras de la economía; pero el tema requiere quizás una mirada más amplia, ya que no todo puede valorarse exclusivamente en función del costo económico inmediato.

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La iniciativa de recuperar la presencia del Ejército en la provincia es una muy buena noticia para los catamarqueños, no sólo por la tarea específica de la fuerza, sino por todo lo que aporta para la comunidad. Se trata de un cuerpo altamente especializado que se pondrá al servicio de los catamarqueños tal como lo hace en el resto del país, y es una fuerza de principios solidarios que estará para tender una mano con recursos que pueden ofrecerse en caso de desastres naturales, de incendios forestales o situaciones de emergencia para las cuales están preparados para actuar de inmediato si fuere necesario, y cuentan con el equipamiento adecuado.

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Estas fuerzas militares plenamente integradas a la vida democrática, juegan también un rol esencial para mejorar la seguridad de los ciudadanos, con un espíritu contributivo que enriquece el sistema del que hoy disponemos con efectivos de la policía provincial, federal y la gendarmería. En este aspecto su sola presencia es positiva para Catamarca, y seguramente estos elementos fueron contemplados por el gobierno para que se tomara la iniciativa de recuperar la presencia militar en la provincia. Un último factor a considerar, incluso desde su plano simbólico e integrador, es que no puede justificarse la inexistencia de una unidad del Ejército en este rincón del país, tan argentino como cualquiera de los otros distritos. Que se requiera dinero para ofrecer una estructura adecuada, es entonces un detalle menor ante tamaña cantidad de razones.
El Esquiú.com