Espacios retenidos

Los intempestivos golpes de timón que signaron las últimas semanas del Gobierno nacional, básicamente tras los reacomodamientos impuestos para enfrentar la crisis económica y política, parecían poner en jaque dos espacios conquistados por Catamarca en el más alto nivel, espacios que se identifican con nombre y apellido: Fernanda Ávila como máxima autoridad minera del país y Francisco Mercado como integrante del directorio del Banco de la Nación Argentina. En este punto, seguramente es innecesario recordar los beneficios y facilidades de contar allá con una cara conocida y una mano amiga, sobre todo cuando se trata de encarar de gestiones para la provincia.

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Lo cierto es que los dos soportaron un doble cambio de ministro, y cuando un ministerio modifica su cúpula, es habitual que el nuevo jefe llegue con una lista de nombramientos bajo el brazo para instalar su propia gente. Ávila asumió con Matías Kulfas, que tras un cruce público de declaraciones debió abandonar el cargo, y en su lugar llegó Daniel Scioli, quien a su vez permaneció poco más de un mes hasta la llegada de Sergio Massa, que absorbió el área. Fue este segundo cambió el que hizo tambalear a Fernanda, ya que se rumoreó que en su lugar llegaría la salteña Flavia Royón. El pronóstico se cumplió a medias: Royón llegó pero no para ocupar el sillón de Ávila, sino uno superior: la Secretaría de Energía. Ahora queda la duda sobre si Minería seguirá siendo secretaría o descenderá a subsecretaría, pero Ávila sigue.

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Francisco Mercado llegó con Martín Guzmán, y no pasó contratiempos con el reemplazo de Guzmán por Silvina Batakis. Pero, curiosamente, la fallida designación de Batakis fue la que hizo cuestionar su permanencia. Porque la mujer que apenas se mantuvo tres semanas al frente de Economía, obligada a ceder su lugar a Massa, desembarcó en la presidencia del Banco Nación y allí su primera movida fue intentar desplazar al directorio. También aquí la premisa se cumplió a medias: hubo recambio en la mesa chica del BNA, pero parcial, y Mercado conservó su puesto.

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La trilogía podría completarse con Yanina Martínez, antigua conductora de la Casa de Catamarca en Buenos Aires, quien desde 2019 se desempeña como secretaria de Promoción Turística y allí permanece, sin tantos sobresaltos porque el área es menos sensible que las vinculadas de forma más estrecha con la administración central. Lo concreto es que, entre cambios y más cambios, Catamarca no ha perdido representación hasta el momento. Aunque en política, se sabe, nada es para siempre, y nadie puede reclamar mayor estabilidad, mucho menos en un país donde la suerte del propio presidente se testea en forma permanente.
El Esquiú.com