Apuntes del Secretario

miércoles, 3 de agosto de 2022 00:56
miércoles, 3 de agosto de 2022 00:56

Ironías y contradicciones de la política

Aunque el debate no se haya lanzado a gran escala, nadie duda que es la preocupación central de la clase política. Hablamos de las elecciones 2023 que, para los cargos provinciales, podrían ser adelantadas para marzo y nadie asegura si para elegir los candidatos habrá primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), el mecanismo que se creó parta evitar “las elecciones a dedo” y que también sirve como especulación electoral. Se trata de un dilema. Mejor dicho dos dilemas, recurrentes ellos, que se repiten en cada contienda por cargos electivos. Lo del desdoblamiento fue un mecanismo que instauró desde hace más de 20 años el Frente Cívico como una picardía electoral y ahora lo contempla, con el mismo espíritu, el peronismo. Por lo pronto hay que decir que nada está decidido y la cuestión la resolverá en su momento el gobernador Jalil, a quien lo facultad la Constitución para la toma de estas decisiones de adelantar elecciones. Lo mismo pasa con las PASO. Al gobernador nunca le gustaron y tiene como anularlas o suspenderlas, pero dentro del Frente de Todos hay opiniones divergentes, como la del intendente Gustavo Saadi, partidario que las candidaturas surjan por la expresión popular y no por los arreglos de cúpulas que suelen llevar a cabo los partidos políticos. Esto último es la posición que Juntos por el Cambio defiende “a capa y espada”. Es que no tiene otra forma de dirimir sus disputas internas y ahora apuesta a las PASO con “uñas y dientes”, como antes las atacaba. Recordemos, en ese sentido, que la ley tardó meses y meses en aprobarse, tiempo durante el cual el exsenador Castillo repetía a los cuatro vientos que era un mecanismo tramposo destinado a “solucionar la interna del gobierno peronista”. Ahora la taba se ha dado vuelta y la que requiere el “mecanismo tramposo” es la facción que dirigía Castillo. Ironías y contradicciones de la política.

Problema político, no económico

En base a lo explicado precedentemente, las declaraciones sobre el tema ofrecidas por el diputado Alfredo Marchioli tienen valor, pero aparecen como un canto a la inocencia. Dice el hombre que si el gobierno piensa en suspender las PASO “es porque evidentemente tiene miedo de perder”. Al respecto agrega que si el problema es económico se soluciona convocando a elecciones en coincidencia con las nacionales, en cuyo caso los gastos corren por cuenta de la Casa Rosada. Lo aclaramos para despejar dudas: el problema no es económico, es netamente político. Como antes a las picardías las realizaba la UCR aprovechándose de una Constitución obsoleta que, paradójicamente, no quiere reformar, hoy las puede llevar a cabo el peronismo. Hasta el momento no lo hizo. Durante los dos mandatos de Lucía Corpacci los comicios se hicieron, junto a la elección nacional, el tercer domingo de octubre. Nunca en marzo, fecha para la cual si convocaron Arnoldo Castillo, Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral.

Mar de fondo radical

Así planteadas las cosas, a partir de hoy y hasta el próximo viernes habrá debate en el seno de la UCR. Y no solamente se abordará la tenida electoral o la forma de elegir los candidatos, sino que pueden surgir fuertes reproches entre las distintas líneas internas. El castillismo, que parecía dormido, ha vuelto a la carga y entiende que la conducción provincial de Francisco Monti (reemplazó a Marita Colombo en el cargo) parece alejada de la realidad, toda vez que no convoca al diálogo o trata de solucionar divisiones profundas como las que existen en la Cámara de Diputados donde, a pesar del achicamiento del bloque por las magras performances electorales de los últimos tiempos, actualmente hay tres vertientes de pensamiento, lo cual supone que no habrá entendimientos de armonía y razonabilidad. Ojalá nos equivoquemos y todo transcurra en paz, pero queda claro que con la Carta Orgánica que dejó como legado maldito el castillismo resulta muy difícil acordar la democracia interna. Por allí se nos ocurre debería comenzar la restauración de las reglas del juego y la cicatrización de las heridas.

“Los unos y los otros”

El mayor culebrón del 2022, sin dudas, es la estafa perpetrada por las financieras que pagaban intereses desmesurados como mecanismo para atraer a incautos ahorristas que, en el colmo de la inocencia, creían en los cantos de sirena que proclamaban que se podía ganar mucho dinero sin realizar el menor esfuerzo. Hoy, con los hechos consumados, la disputa se lleva a cabo en los estrados judiciales y la verdad que desde allí no se esperan grandes soluciones para los damnificados. Para peor, no existe un trato igualitario para quienes cometieron la estafa y esto es responsabilidad directa de los jueces. Cómo puede ser que Edgar Bacchiani y Edgardo Bulacios, por dar solo dos ejemplos, permanezcan en la cárcel, y otros que cometieron el mismo delito tengan prisión domiciliaria, como serían los casos de Alexis Sarroca y José Blas, que fueron dos personas que directamente recibían el dinero de los “clientes” y vaya a saber cómo lo manejaban. Llevaban una vida fastuosa, crecían sus patrimonios y, a sabiendas que la cosa terminaría mal, alentaban a seguir “invirtiendo”. Sin embargo, la Justicia los premia con la tranquilidad que ofrece una prisión domiciliaria que los habilita a seguir haciendo “negocios” y, según dicen, a salir a la calle en coches con vidrios polarizados. Otros, en lugares poco aptos para una detención, sufren tratos que atentan contra elementales derechos humanos.

Cafiero vs. Menem

Como lo hacemos habitualmente, en el último bloque de los “Apuntes” exhumamos los recuerdos de la política. Veamos éste.
El expresidente de la Nación, doctor Carlos Menem, un 28 de marzo de 1990, refutaba con duros términos, desde la provincia de Córdoba, al titular del Partido Justicialista de aquel entonces, doctor Antonio Cafiero (abuelo del actual canciller). Consideraba que “se equivoca cuando impulsa un retorno a las fuentes peronistas en materia económica”. El exmandatario bonaerense, días antes, había roto virtualmente su tono conciliador con la Casa Rosada cuando dijo que se oponía a las “recetas liberales” que se estaban aplicando y advertía “no vaya a suceder que aquellos que por la fuerza nos proscribieron y encarcelaron, nos quieran ahora imponer sus ideas”. Se refería, obviamente, a los sectores económicos concentrados que, hasta el día de hoy, imponen condiciones a los gobiernos y, como hicieron con Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, pueden llegar a derrocarlos. La referencia de Cafiero en relación con el pasado, tenía que ver precisamente con la caída del general Perón en 1955, cuando fue desalojado del gobierno por las fuerzas militares. Y en cuanto al comportamiento del expresidente riojano también tenía argumentos que terminaron dándole la razón: es que Menem convivió con los liberales al punto que el titular de la Unión de Centro Democrático, Alvaro Alsogaray, era uno de sus hombres de consulta permanente.

El Esquiú.com
 

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