Adiós al barbijo

Después de 900 días, en Catamarca dejó de ser obligatorio el uso del barbijo en lugares cerrados, medida que pone fin a casi 30 meses de utilización de este pequeño pero vital elemento de protección. Ahora el barbijo se impondrá únicamente en ámbitos de asistencia en salud, pero ya no se exigirá en escuelas, comercios u otros recintos. Quienes deseen seguir llevándolo podrán hacerlo, pero ya es algo opcional. Se cierra así una etapa que quedará marcada a fuego en toda la generación que vivió y sufrió la pandemia de coronavirus, que causó más de 6 millones de muertes alrededor del mundo y cerca de un millar en Catamarca.

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Precisamente esta provincia fue la primera del país en imponer el barbijo como elemento de uso obligatorio por decisión del gobernador Raúl Jalil, a quien se lo cuestionó en un primer momento y luego se le reconoció el acierto, tanto que la misma decisión se tomó poco después en todo el país. Es una de las razones por las cuales, según los expertos, Catamarca fue la última provincia en detectar un caso de coronavirus, y también la última en lamentar un fallecimiento. Junto con el alcohol en gel, el barbijo es el símbolo de la época de aislamiento y restricciones que caracterizaron la emergencia sanitaria. Fue también objeto de la viveza y el abuso de algunos comerciantes, que llegaron a venderlos a 500 pesos cada uno. Dos años después, y con una inflación galopante, se venden a 6 por 100 pesos, lo que desnuda los sobreprecios y la grosera ganancia que se buscaba.

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Anécdota al margen, lo importante es que la etapa más crítica del Covid comienza a quedar atrás. Ese virus que causó tanto dolor y muerte, y que sigue afectando a muchísimas personas, al menos retrocedió decisivamente gracias a las vacunas y la actuación de los profesionales de la salud, que lograron cuidar y salvar a miles de catamarqueños afectados por la pandemia.
El Esquiú.com