Viento en contra de las PASO

Si bien es cierto que el presidente Alberto Fernández y el gobernador Raúl ratificaron que están plenamente dedicados a la gestión y todavía no figura en sus agendas la decisión final de habilitar en 2023 las PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), estamos en condiciones de afirmar que prácticamente hay consenso para anularlas. Prima como gran disparador de la medida no hacerle fácil el armado electoral a Juntos por el Cambio, que pretende primarias solventadas por el Estado “si o si (votos, publicidad, etc), pero también es cierto que, en plena crisis, existen urgencias económicas en el país como para no andar gastando millones y millones de pesos en un combo de elecciones, algo que en algún momento lo sostuvo a rajatablas el macrismo cuando le tocó gobernar el país. Para una mejor explicación y puesta en contexto, digamos que la suspensión o anulación de las PASO nacionales debe salir por ley y se requieren los votos del Congreso -especialmente en la Cámara de Diputados- para hacerlo. Este escollo, que parecía insalvable, podría ser superado por la situación política que vive la provincia de Córdoba.

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Juan Schiaretti, candidato presidencial

Aunque los medios nacionales o cordobeses no hayan dicho nada, es posible que el gobernador mediterráneo lance su candidatura presidencial para poder asegurar que su aliado provincial y actual intendente de Córdoba Capital, Martín Llaryora, se convierta en su sucesor durante el período 2023-2027. La incursión de Schiaretti en el ámbito nacional podría ser acompañada por peronistas que están afuera del esquema kirchnerista y, aparte de influir en Córdoba, podría quitarle votos al Frente de Todos y no permitir que Juntos por el Cambio llegue a la gobernación por vía del senador Luis Juez o el diputado nacional Rodrigo de Loredo. Para lograr este escenario, Schiaretti aportaría los votos en la Cámara de Diputados de la Nación para anular las PASO y lo haría con un argumento irrebatible: Córdoba fue la provincia que invariablemente se opuso a las primarias y al gasto de dinero en un festival de elecciones. Lo acaba de ratificar la senadora Alejandra Vigo, esposa del mandatario provincial que no puede ir por la reelección por haber cumplido dos mandatos.

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¿Marzo u octubre?

Si comienza a perder consistencia la realización de las PASO a nivel nacional, obviamente que muchas provincias seguirán por el mismo camino. Ahora mismo hay pocas en las que se piensa aplicar este sistema de primarias que vino para democratizar los partidos políticos que, siguiendo la letra de sus cartas orgánicas, bien que pueden realizar internas sin esperar que el Estado los obligue a hacerlas. Catamarca podría integrarse a ese lote donde se dejarían de lado las primarias y a los que protesten, peronistas, radicales o de cualquier otra agrupación, se les indicaría que hay mecanismos partidarios respaldados por la ley para ejecutar internas. De hecho, antes que se instauraran las PASO, hubo internas por los cargos electivos. Las hizo el radicalismo en 1987 (Arnoldo Castillo vs. Genaro Collantes) y las hizo el peronismo en 2003 (Ramón Saadi vs. José Luis Barrionuevo). Estos detalles, que no son menores, podrían determinar que las elecciones de 2023 se lleven a cabo en coincidencia con las nacionales, tal como lo resolvió la exgobernadora Corpacci en los años 2015 y 2019. No estamos asegurando que las cosas serán de esta forma, pero la diversidad de opiniones podría llevar a postergar un adelantamiento del que mucho se habla, pero las señales concretas no se divisan en el horizonte.

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Para disgusto de María Eugenia

Durante 48 horas, por primera vez, estuvo militando su prédica política bajo los cielos de Catamarca la diputada nacional y exgobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Se sentó con los integrantes de la Coalición “Juntos por el Cambio” en la Capital y en el oeste, más precisamente en las principales ciudades de Tinogasta, pero en el balance final no se llevó una buena impresión de la situación local. Palpó bien de cerca que no existe unidad monolítica entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica y, aparte, hizo cuentas que se trata de una provincia territorialmente grande, pero demográficamente muy pequeña, a punto tal que no llega a conformar ni el 1% del padrón nacional. Si hay pocos votos y encima divisiones profundas, no creemos que la distinguida visitante haya vuelto a Buenos Aires conforme con su tournee por estos lares cordilleranos.

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Candidaturas y dinero de campaña

Si se aleja la posibilidad de reeditar las primarias, que nadie dude que la oposición local tendrá grandes problemas para armar su propuesta electoral. La UCR, desde siempre, como lo acaba de ratificar Juana Fernández, se considera el eje de la coalición y entiende que los socios no le suman. Por el contrario, entienden que quitan los espacios, que no son muchos que digamos. Es aquí donde comienza el dilema. Es que las elecciones se hacen con dinero cantante y sonante y el comité nacional de la UCR no estaría dispuesto a gastar recursos en una provincia chica. Si lo podría hacer el PRO -vía Macri o Rodríguez Larreta-, a cambio de candidaturas expectables. En ese sentido no lo vemos dando un paso al costado al titular del distrito local del PRO, Carlos Molina, o al diputado nacional Rubén Manzi, quien completará su mandato en diciembre de 2023. Más allá de estas especulaciones, dentro del radicalismo, no todos hablan el mismo idioma. Al menos hoy es como si funcionaran tres corrientes diferentes. ¡Así no se puede tener grandes expectativas, más allá de las que aporten representantes nacionales!

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Acuerdo extramuros

El jueves pasado, en la Cámara de Senadores de la Nación, se trató y se dio mención sanción al proyecto que eleva el número de miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a 15. Ahora son apenas 4, todos varones pertenecientes a la tercera edad. En apretada decisión, los peronistas Guillermo Andrada y Lucía Corpacci votaron a favor, en tanto Flavio Fama lo hizo en contra. Al momento de su alocución, el exrector señaló que en Catamarca hubo un virtual avasallamiento de la Justicia cuando los peronistas, en soledad, votaron el aumento de los cortesanos de 5 a 7, aparte de exterminar el Consejo de la Magistratura e introducir modificaciones en la ley electoral respecto a las minorías. Al respecto, es bueno recordar aquel dicho popular que dice “no tiene la culpa el chancho, sino quien le da de comer”. Cuando ocurrieron las cosas que explicó Fama, efectivamente si hubo acuerdos, aunque fuera extramuros. Los radicales, estando en la Legislatura, no bajaron al recinto y permitieron que el peronismo pateara virtualmente un penal sin arquero. Si hubieran bajado, jamás se habrían logrado los dos tercios necesarios para incrementar el número de jueces de la Corte.

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Los números no mienten

Lo dicen los números del ministerio de Trabajo de la Nación, lo dijo el jefe de gabinete Juan Manzur y, hace 72 horas, hizo lo propio el ministro de Desarrollo Social de la Nación, “Juanchi” Zavaleta. Catamarca es la provincia con menor índice de desempleo a nivel país. Se trata de una muy buena noticia, aunque muchos digan que la mayoría de los asalariados pertenecen a las administraciones provincial y municipal. Eso no se puede discutir, como tampoco se puede discutir que la minería ya aporta, entre todos los proyectos en marcha, más de 2.000 puestos de trabajo de calidad.

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La normalización del Sindicato de Prensa

Como lo hacemos habitualmente, cerramos los “Apuntes” de la fecha con la rememoración de los hechos del pasado.

Esta vez nos vamos a referir a la normalización del Sindicato de Prensa de Catamarca. Se produjo hace treinta y ocho años, en noviembre de 1984, cuando fueron elegidos como secretario general y secretario adjunto los periodistas Gustavo Adolfo Nieva y Roque Eduardo Molas, respectivamente. El primero, ya fallecido, era redactor del exdiario La Unión y el segundo director periodístico y/o jefe de redacción del órgano de prensa del Obispado de Catamarca. Venían a reemplazar al interventor Samuel Mohaded, quien había sido colocado en ese puesto por la dictadura militar que en Catamarca tenía a Arnoldo Castillo como su máximo representante.

Tiempo después, el 17 de marzo de 1985, en la ciudad pampeana de General Pico, Nieva y Molas participaron de la normalización de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) que iba a consagrar como secretario general al chaqueño Alfredo Carazo. De aquella asamblea participaron figuras como Lanata, Feimann, Leuco y otros reconocidos personajes del mundillo periodístico que en aquel entonces militaban en la izquierda.

Para completar el periplo normalizador de la prensa, en mayo de 1985 se realizó una reunión (ver foto) en el local de ATE, donde participaron las nuevas autoridades (Nieva-Molas) y el entonces joven gobernador de Catamarca, doctor Ramón Eduardo Saadi.

El Esquiú