Proyecto eterno

Como sucede periódicamente, esta vez bajo el impulso de la minería y específicamente de la producción de litio, volvió a generar entusiasmo en las autoridades la construcción de un Corredor Bioceánico Ferroviario, un proyecto que en realidad poco y nada tiene de nuevo, ya que va y viene en carpetas de despachos oficiales desde 1911. Más de 110 años analizando un mismo tema, que invariablemente empuja a enumerar toda clase de virtudes, ventajas y beneficios, pero que siempre choca con la realidad de un presupuesto monumental para su realización. Las propias estimaciones oficiales hablan hoy de una inversión de 2,5 miles de millones de dólares para llevar las vías del sueño a la realidad, números que exceden largamente las posibilidades reales de gastos de la provincia y el país para una única obra.

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La salida, naturalmente, pasa por la búsqueda de financiamiento internacional, que alguna vez se tuvo -al menos con la forma de un compromiso preliminar- y que en los hechos sugiere que quizás los potenciales beneficiarios de la puesta en marcha de los trenes, resulten más interesados que el propio Estado. En otras palabras, las grandes multinacionales que se abastecen de litio, pueden llegar a considerar que el gasto se amortizará a largo plazo lo suficiente como para contemplar su participación. Es verdad que los costos del transporte se reducirán, pero la inversión inmediata debe ser tan grande que puede hacer dudar de la rentabilidad del proyecto. Es por esa razón, y no otra, que en más de un siglo nunca se avanzó.

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En Catamarca se mantiene la convicción de que la apertura de una vía directa al pacífico, con las capacidades de carga que ofrece el ferrocarril, lo cambiaría todo. Es posible que así suceda. Se trata sin embargo de una idea a desarrollar por décadas hasta cosechar frutos, lo que obliga a ser prudentes con las expectativas, para que no se repita la misma parábola que ya se transitó en las últimas décadas con otras iniciativas similares, incluyendo el Paso de San Francisco.

El Esquiú.com