El Secretario
Sistema en jaque
Las diferencias irreconciliables entre oficialismo y oposición a nivel nacional, reflejadas en el destrato cotidiano de los referentes de las alianzas mayoritarias, tienen un indeseable punto de encuentro en su contenido discursivo. Alcanza con repasar las definiciones aportadas en las últimas semanas, y profundizadas en los últimos días, para comprender que el país se enfrenta a una severa crisis institucional; que pone directamente en jaque el sistema representativo, republicano y federal de la Nación. Tristemente, coinciden en ello ambos sectores, con la única diferencia -irrelevante para el ciudadano común- de que ambos se adjudican mutuamente la culpa por haber llevado las cosas a este extremo.
*****
La expresión más contundente de esta crisis es el inédito proyecto de llevar a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia a un juicio político, acto sin precedentes en la historia argentina, de una gravedad que relega a un segundo plano la disputa partidaria, si es que fuera -como muchos apuntan- la motivación esencial para concretar este paso. Casa Rosada, con el abierto respaldo de un importante grupo de gobernadores, señala directamente el riesgo de avanzar hacia un “gobierno de los jueces”, al advertir en los cortesanos una conducta que tiende a “invadir arbitrariamente las esferas de las competencias exclusivas y excluyentes de los restantes poderes” del Estado, según se detalla en el documento de 36 páginas girado al Congreso de la Nación.
*****
Quienes quedaron en la mira son Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, tachados de serviles instrumentos de los intereses de las corporaciones y la oposición, por un lado, y de “justicia independiente” a la que hay que defender con uñas y dientes por el otro, ante el avasallador avance del Ejecutivo. Se construyó un laberinto de acusaciones cruzadas digna de un delirio surrealista, con una soga cada vez más delgada de racionalidad que se sigue tensando de manera dramática. La gran pregunta es cómo va a salir el país de esta trampa en la que se hunde lenta e inexorablemente.
El Esquiú.com