Radicales sin quórum
Más que opaco resultó el encuentro del radicalismo convocado para ayer, luego de la sucesión de escándalos que derivaron en una reunión de emergencia abundante en exabruptos la semana pasada. La floja perfomance de la alianza Juntos por el Cambio en las primarias, el papelón histórico en las elecciones generales, los coqueteos con el oficialismo consumada la debacle, el quiebre del bloque de legisladores con reproches a granel, el mea culpa de la conducción y la huida de algunos referentes hacia el sector del libertario Javier Milei; fueron un cóctel al parecer demasiado fuerte, que la mayoría no logró digerir lo suficiente como para retomar la discusión.
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A puertas cerradas y con una concurrencia muy inferior a la del encuentro anterior, los boinablancas intentaron continuar con un análisis del cual todavía no floreció ninguna conclusión interesante. El intendente de Ancasti, Rodolfo Santillán, había advertido en el anterior cónclave que optó por retirarse porque tenía “cosas más importantes que hacer” que escuchar a sus copartidarios insultándose mutuamente, y a la luz de lo ocurrido en la tarde del lunes fueron muchos más los que compartieron esa interpretación.
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Párrafo aparte para Francisco Monti y Flavio Fama, principales candidatos y abanderados del fracaso en las urnas, que siguen sin aparecer por la sede de calle Chacabuco. Se asegura que muchos los esperaban ansiosamente para descargar su ira y frustración, pero como nuevamente pegaron el faltazo, se quedaron con las ganas. Al cabo puede decirse que el radicalismo no tuvo “quórum” para avanzar en su proceso de duelo interno, y apenas si logró sumar un triste mojón en su derrotero de los últimos tiempos. El sueño de la reconstrucción partidaria, en estas desalentadoras condiciones, asoma bastante lejano.
El Esquiú.com