El Secretario
Incoherencia
Sigue y sigue el revuelo político, sobre todo en el radicalismo, por la ya famosa reunión entre oficialistas y opositores que se hizo en Fray Mamerto Esquiú. Mientras unos defienden el encuentro como una charla madura y civilizada para discutir sobre la reforma constitucional y comenzar a buscar coincidencias que sirvan como punto de partida, otros condenaron el diálogo como un oscuro aquelarre de negociados y reparto de cargos hecho a escondidas. Mientras se multiplican voces a favor y en contra del controvertido cónclave, lo cierto es que los únicos que podrán saber con certeza cuál fue su alcance son quienes participaron en él.
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Lo concreto es que los más enojados, que además de indignarse se ocuparon muy bien de hacer pública esa indignación, fueron un grupo de seis legisladores radicales, quienes reclamaron “sinceridad y claridad” de parte de los protagonistas sobre “las negociaciones”. Lo hicieron en un documento firmado de las diputadas Cristina Gómez, Silvana Carrizo, Natalia Herrera y los legisladores Tiago Puente, Carlos Marsilli y José Antonio Sosa, para apuntar sin piedad contra sus pares Alfredo Marchioli, Luis Lobo Vergara, Alejandro Páez, Juana Fernández y Alicia Paz, quienes se encontraron con el vicegobernador Rubén Dusso, el ministro de Gobierno, Juan Cruz Miranda, la presidenta de Diputados, Cecilia Guerrero, el asesor general de Gobierno, Nicolás Rosales, y el legislador oficialista Gustavo Aguirre.
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¿Qué es lo realmente curioso? Que en las últimas horas se conoció un detalle revelador: Silvana Carrizo, la primera en atacar estas reuniones “entre gallos y medianoche”... ¡también participó de la reunión! Es decir que firmó un escrito para condenar su propia conducta. Una reacción tragicómica que, como mínimo, le demandará ofrecer explicaciones a unos y otros. A los que acompañó en la reunión por desairarlos y a los que acompañó firmando el documento, poniéndolos en ridículo. n
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