El Secretario
Números complejos
No por casualidad, de un tiempo a esta parte, a pesar de haber culminado un año netamente electoral y frente a un inminente cambio de gobierno, la discusión económica ha desplazado por completo al debate político. El análisis de los muchos fenómenos recientes, la mayoría inéditos, han quedado relegados. Los desmoronamientos partidarios y el comportamiento del electorado, la caída de las fuerzas que hegemonizaron las batallas por el poder durante décadas, el surgimiento de figuras impensadas en ascensos meteóricos, la interpelación al status quo y sus indescifrables derivaciones, todo pasó a ser secundario ante la urgencia de bolsillos que amenazan con producir eco de tan vacíos que están.
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Más que nunca, los números mandan y los interrogantes sobre los presupuestos para 2024 arrasan con cualquier dilema ideológico. No es para menos: con el Presupuesto 2024 solamente la Ciudad de Buenos Aires y otras cuatro provincias serán superavitarias. En cambio, 19 quedarían en déficit fiscal y el panorama de Catamarca es realmente difícil, como consecuencia de la reducción de los recursos coparticipables, por las modificaciones en el Impuesto a las Ganancias y del IVA. Esta modificación del impuesto implicaría una pérdida de recaudación equivalente a 0,83% del PIB, lo que expresado en moneda corriente implicaría $3.875.000 millones. Al ser un impuesto coparticipable, esta pérdida de ingresos recae en Nación y provincias, más CABA, pero el golpe no será equitativo.
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Las dos provincias con mayor reducción de ingresos por Ganancias serían Tierra del Fuego ($137.000 por habitante) y Catamarca ($136.000 por habitante). Por el IVA, en tanto, la recaudación sufriría una merma de 1,15 puntos porcentuales del PIB. En este caso Nación perdería recaudación en 2024 por 0,41% del PIB, lo que equivale a $1.894.000 millones. Las dos jurisdicciones más afectadas serían Tierra del Fuego ($265.000 por habitante) y Catamarca ($262.000 por habitante), algo como para entender que cuando Raúl Jalil enciende las alarmas sobre los recursos, no habla por hablar.
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