El Secretario
Después de la caída del gobierno radical y, especialmente, después de la nueva formación de la Corte, cada vez que un dirigente o militante castillista debió enfrentar a la Justicia, invariablemente tuvo como abogado defensor a Carlos Rosales Vera. Se trata del profesional de máxima confianza del exsenador Castillo, que lo cobijó siempre en cuestiones económicas, incluso en tiempos de “vacas flacas”. La contraprestación queda expuesta. El hombre está para defender a ese bando radical en cualquier servicio: desde los electorales, como apoderado, hasta las causas que involucren a adherente celeste alguno.
*****
Como no podía ser de otra manera, el abogado estrella del castillismo participa del affaire “compras directas”, en el cual ha revelado situaciones rayanas con lo insólito. Siguiendo con la constitución genética del sector político, que está configurada para “ganar o ganar”, señaló que en la estafa que se ventila en los tribunales “no hay ninguna prueba que determine responsabilidad de Pablo Doro”, el imputado exministro al que le toca defender. Añadió que de los 28 testigos que hasta ahora han desfilado ante el tribunal, ninguno ha acreditado nada y que todos parecen desconocer los procesos administrativos que terminan con un cheque, sobre el que se debe acreditar que su monto fue mal habido” (sic).
*****
La postura de este argumento se da de bruces con la realidad y la historia. Los 28 testigos, que juraron decir la verdad, refirieron serias irregularidades. Firmas truchas, facturas apócrifas -existen y se filtran como una regadera-, pedido falsos de materiales o comida de gente que nunca recibió nada, aunque en el tracto administrativo diga lo contrario. En cuanto a la historia, hasta los mínimos detalles de la estafa figuran en las crónicas del diario que difundió los pareceres de Rosales Vera, un abogado de escasos y opacos pergaminos que, con tecnicismos, nos pretende hacer creer que las “compras directas” (y fraudulentas) no existieron. Antes, por si alguien tiene dudas, pidió que se declare la prescripción de la causa por el paso del tiempo.
El Esquiú