El Secretario

lunes, 6 de febrero de 2023 03:13
lunes, 6 de febrero de 2023 03:13

El Frente de Todos marcha inexorablemente hacia su examen más difícil, y lo hace todavía sin una cabeza para la campaña a nivel nacional. Las figuras más fuertes de la alianza liderada por el Partido Justicialista, Cristina Fernández y Sergio Massa, se bajaron de la competencia antes de empezar, y el único que afirmó su interés en postularse para la presidencia es Alberto Fernández, para quien su propio mandato representa un lastre casi irremontable. Las desventuras económicas, las internas salvajes y el desconcierto de mando, llevaron al peronismo a una encrucijada sin precedentes en sus casi ocho décadas de existencia. La fuerza con mayor representación popular ha fallado donde no suele fallar: gobernó sin rumbo, expuso sus miserias y hasta aquí desperdició la gran oportunidad de renacer que le regaló la debacle de Mauricio Macri en Casa Rosada.
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En un proceso inversamente proporcional al ocurrido en 2019, cuando el kirchnerismo resurgió gracias al desastre de Cambiemos/Juntos por el Cambio, ahora gran parte del electorado ofrece nuevas posibilidades a quienes ya fracasaron, a caballo del desastre más reciente. Pueden mencionar los oficialistas la herencia, la deuda con el FMI, la pandemia y hasta los efectos de la guerra rusa-ucraniana para explicar sus tropiezos, y son argumentos ciertos. Pero apoyarse exclusivamente en ellos implicaría desconocer un comportamiento lamentable de guerras intestinas que socavaron tanto los cimientos del poder albertista como todos esos condicionamientos externos.
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Ya con las agujas del reloj apremiando para resolver, las dudas se multiplican. Quizás los gobernadores aporten coherencia y den un paso al frente desde el interior para impedir que el barco se hunda. Quizás alguno de los renunciantes a candidaturas desande sus pasos. En el medio, varios huelen la oportunidad de lanzarse para pescar a río revuelto, pero en ningún caso se observa un panorama de unidad claro y definido. Y sin unidad, la certeza de un triunfo se esfuma de manera alarmante. En junio deben oficializarse los precandidatos. ¿Podrá el FDT solucionar en tres meses lo que no pudo solucionar en tres años?
El Esquiú.com 

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