Un sorpresivo “palo en la rueda”  

Cuando estaba prácticamente decidida la elección interna del 2 de abril, después que la Junta Electoral aprobara a las dos listas que se presentaron para competir, en las últimas horas surgieron en el cielo radical algunos nubarrones que, esperan los afiliados, se disipen prontamente. El sector considerado oficialista, que propone a Natalia Herrera como presidenta del comité provincial y cuenta con el respaldo de los legisladores nacionales Flavio Fama y Francisco Monti, objetó el criterio de la Junta Electoral e hizo una presentación en la Justicia Federal denunciando que los eventuales opositores no cumplimentaron con requisitos que exige la Carta Orgánica en casi una decena de departamentos. En concreto piden la no oficialización de “Ahora, radicales”, que encabeza el diputado Alfredo Marchioli con el respaldo de varias líneas, entre ellas el castillismo. No creemos que “la sangre llegue al río”, pero la duda ha quedado planteada a solo 20 días de la elección. Por lo tanto, es la Justicia con competencia electoral la que tiene que apurar los tiempos porque, claramente, hasta hoy no hay forma de confeccionar los votos con candidatos que, si bien fueron aprobados por la Junta Electoral, han sido impugnados en la Justicia.  

Lo que fue una buena noticia  

Si bien no hubo unidad, ni la habrá ciento por ciento en los próximos tiempos, que la Junta Electoral haya aprobado a las dos listas resultó un paso importante y positivo. Para que ocurriera tal cosa fue necesario que, con acuerdo de las partes, se permitiera subsanar cuestiones formales que en elecciones anteriores terminaban en la Justicia con el objetivo de que un sector se quedara con “la parte del león” y los opositores se hundieran en la impotencia de no poder impedir que sean los afiliados quienes definan a los conductores del radicalismo. De esta forma, una parte del radicalismo, “Renovación y Cambio, en alianza con los líderes locales del PRO y terminales nacionales como Gerardo Morales y Rodríguez Larreta, se enfrentaría al grupo denominado “Ahora, radicalismo”, con presencia castillista. Las dos denominaciones tienen su significado. “Renovación y Cambio fue el viejo proyecto de Alfonsín para alcanzar la presidencia en 1983, al que se acopló el radicalismo lugareño y la línea celeste hasta tomó ese nombre. El otro proyecto se llama “Ahora, radicales”. No es solo ocurrencia. De ganar, con Alfredo Marchioli a la cabeza, las listas finales podrían conformar un “radicalismo puro” en la conducción, pero ampliado con otros sectores, no solamente con el PRO. La lista oficial, que encabeza Natalia Herrera, por el contrario, podría consolidar la alianza con los socios de los últimos tiempos: PRO y Coalición Cívica. Todo esto en tren de especulaciones porque lo resuelto por la Junta Electoral se ha puesto en dudas y puede ser revisado por la Justicia. Y de aceptarse las impugnaciones, el “castillismo” residual probaría los efectos nefastos de su propia medicina, la que aplicó para consagrar directamente a Alejandro Páez (2019) y Marita Colombo (2021). Ojalá no ocurra tal cosa y sean los afiliados los que decidan. ¡Basta de judicializar la política!  

La reforma de la Constitución  

Si la Justicia Federal respalda a la Junta Electoral -aclaramos que podría darse una improbable apelación a la Cámara Electoral Nacional- se viene la campaña, la confección de los votos y la apertura de las urnas el domingo 2 de abril. Todo ello implica trabajo y recursos. Hay que recorrer los 16 departamentos en apenas 21 días y ello cuesta dinero cantante y sonante, el que seguramente será requerido a los jerarcas nacionales, entre otros. En síntesis la interna es buena, pero cuesta movilizar y el promedio de votantes -afiliados ellos- puede variar entre un 15 y 25% como máximo. También sería auspicioso que, más allá de las críticas al gobierno que seguramente no van a faltar, se hagan propuestas. Por ejemplo, la de plantear la necesidad de obturar los privilegios de la política, para lo cual se requiere la reforma de la Constitución de 1988, algo a lo extrañamente la UCR siempre se opuso. Sin embargo, en flagrante contradicción, siempre aclaró que era conveniente (¿…?). Ahora, en campaña, sería bueno que Herrera y Marchioli se pronuncien sobre tan delicada cuestión.  

Las PASO provinciales  

Después de la interna radical, que seguramente será seguida atentamente por el gobierno, vienen tiempos de febril actividad electoral. Es que el 1 de mayo se abre el período ordinario de sesiones de la Legislatura y, si bien desde el gobierno no se habla de la carrera electoral, más de uno piensa que deberían suspenderse por este año las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Hay quienes aluden a un gasto innecesario y a la complicación que, supuestamente, genera su realización, especialmente cuando los principales partidos presentan decenas de precandidatos a concejal. Hasta ahora, al menos en el peronismo, que tiene los votos en la Legislatura para operar, hay divisiones y chocan las opiniones de los principales caciques.

También hay un antecedente. En 2019, cuando todavía gobernaba Lucía Corpacci, se suspendieron para la eventualidad de que la convocatoria a elecciones fuera en marzo. Como tal cosa no ocurrió, la ley aprobada devino abstracta.  

El calvario de Ivana  

Si hay un tema que El Esquiú, como medio exclusivo,  desde hace dos años, siguió paso a paso fue la situación de injusticia que soporta Ivana Ferreyra, la candidata que ganó un escaño de concejal y por razones incomprensibles y nunca bien explicadas no la deja asumir el Clan Carletta, que domina Icaño (La Paz). Primero le atribuyeron incompatibilidad por ser docente, después iba a jurar y le cerraron el Concejo Deliberante por “tareas de desinfección” y le dijeron que vuelva en marzo. Llegó marzo y le postergaron el ingreso, manteniendo en la banca a un concejal suplente amigo de las autoridades del pueblo. Toda esta canallada se lleva a cabo desconociendo una decisión de la Corte de Catamarca que ordenó el juramento de Ivana. Veremos qué pasa esta semana con esta mujer, pero desde ya se están creando condiciones de intervención al CD por razones más que fundadas que fundamenta todo el arco político, incluido el Frente de Todos.  

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