Macri no sube al ring
El empresario Mauricio Macri coqueteó en los últimos años con la posibilidad de un glorioso retorno a la Casa Rosada y hasta plasmó la idea con el libro “Segundo Tiempo”, que sugería que el fallido mandato 2015-2019 era apenas la primera parte de su gestión presidencial. Al cabo, mucho antes de las primarias de este año, lo que hizo fue retirarse sin dar batalla alguna. Mediante una filmación de aproximadamente seis minutos, confirmó que no será candidato este año, anuncio acompañado con la autocelebración de sus valores y hasta una extraña comparación de su gobierno con el éxito del fútbol argentino en el Mundial de Qatar.
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Previsiblemente, la oposición se apresuró a emocionarse por el gesto, presentándolo como valiente y generoso, un conmovedor renunciamiento de un líder descomunal, un heroico desprendimiento de quien cede su lugar en pos de altísimos y nobles objetivos.
Quizás nadie pueda negar la existencia de esas motivaciones, como tampoco podrá negarse que la realidad indica que Macri no tenía posibilidad alguna, no ya de ganar, sino de competir por recuperar la presidencia, luego del desastre que hizo como presidente, cuyas consecuencias no sólo se pagan actualmente sino que se pagarán por todo un siglo.
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En definitiva Macri no se baja del ring, sino que evita subirse, y no pondrá el pellejo en esta pelea política que se viene. Lo hizo saber con el mismo semblante de siempre, sin autocrítica alguna y felicitándose por su propia labor. Más allá de todo, en algo indiscutiblemente tienen razón los referentes de su sector: Macri les ha hecho un enorme favor. Cualquiera sea la batalla que tenga por delante el oficialismo nacional, será más difícil que la que el propio Macri hubiera presentado. Sus desatinos están demasiado frescos en la memoria y el método para contrarrestarlo hubiera sido tan sencillo como ubicar un espejo delante suyo.
Ahora se sabe que la campaña no será tan sencilla como eso.
El Esquiú.com