Reforzar la legitimidad

El gobernador Jalil, a pesar de su rotundo triunfo el 13 de agosto, no descuida la gestión y mucho menos la campaña con vista a las elecciones generales del 22 de octubre. Está bien que lo haga. Es que en la política también se miden las legitimidades y éstas se justifican únicamente a través de los votos. Si bien es cierto que tendría asegurada las 94.447 adhesiones que logró en las PASO, en el entorno del mandatario se sabe que mucha gente no fue a votar y otra lo hizo en blanco, dos bombazos contra la imagen de la clase dirigente. Jalil descansó unos días tras el primer periplo e, inmediatamente, volvió al ruedo en procurar de captar los sufragios que quedaron ubicados en la zona de “indecisos”, los que podrían modificar los números finales. El gobernador, además de la cosecha propia, podría ayudar con este “voto” oculto a candidatos a intendente, a concejal y hasta la definición de la grilla de diputado nacional, en la cual el peronismo busca capturar, a favor de Sebastián Nóblega y Fernanda Avila, las dos bancas en juego. Para ello se necesita ganar en esta categoría por el doble más un sufragio.

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Oposición desvencijada

La actividad en los terrenos opositores es bien distinta, quizá porque no tiene obligaciones de gestión. En Juntos por el Cambio hubo reuniones, fotos para trasmitir unidad, voces de esperanza, pero en los hechos concretos privó el desánimo de la catastrófica derrota y hasta cunde el temor de que los libertarios de Milei, posiblemente mejor organizados, los puedan igualar e inclusivo superarlos. Aunque parezca difícil, la posibilidad no es descabellada. Ya lo demostró Javier Milei que, prácticamente sin estructura, se impuso en 16 de las 24 provincias argentinas. En las últimas horas el único que habló fue el diputado provincial Luis Lobo Vergara, quien pretende la banca nacional y más que nadie necesita los votos de octubre. Si no los logra, queda en la calle después de casi 30 años de vivir del Estado. Pero el hombre lucha. Acaba de participar de la reunión de candidatos de la UCR llevada a cabo en Jujuy, tras la cual destacó que al oficialismo -nacional y provincial- solamente un 30% piensa que pueden continuar; que Milei está bajando en sus guarismos y que las medidas de Sergio Massa son netamente electoralistas y pueden llegar a afectar a las arcas provinciales. Esto último no es opinión despreciable. El impuesto a las ganancias, que Massa acaba de anular, forma parte de la coparticipación y, por lo tanto, las provincias recibirían menos. Sin embargo, el ministro Massa asegura que habrá compensaciones por otras vías. Sobre este tema, el diputado Monti aseguró que votará en contra porque el impuesto, el mismo que Macri prometió hacer desaparecer en 2015 y, por el contrario, casi triplicó los aportantes, perjudica a la provincia. ¿No habrá pensado que también perjudica a los trabajadores de su tierra?

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Disparen contra Jalil Colomé

La excelente elección que realizó José Jalil Colomé como candidato a gobernador (sin un afiche, o una mínima propaganda, conquistó 27.128 votos), al parecer despertó las furias de dos dirigentes que llegaron a coquetear con “La Libertad Avanza”. Uno es Javier Galán, el primer representante del candidato presidencial que sobre la hora dio un paso al costado. A partir de los resultados, no desperdició críticas contra Jalil Colomé, pero volvió a colocarse a la par de Milei apoyando los exabruptos que lanzó contra el Papa Francisco y la Iglesia Católica en general. La “vuelta al ruedo” le podría generar algún beneficio en el supuesto que el actual diputado nacional se convierte en Jefe de Estado. El otro que no se banca haber dejado de lado la opción de los libertarios para adherir al radicalismo provincial es Hugo Daniel Avila. Junto a Galán, por andariveles distintos, disparó contra la candidatura de Jalil Colomé. El empresario dijo que se trata de “un ardid entre Raúl Jalil y Luis Barrionuevo”, mientras “El Grillo” fue más lejos al señalar que “el primo hermano de Raúl no tiene residencia en la provincia -la Constitución exige dos años- y debería bajarse de la candidatura porque está violando la ley”. Se trata de un caso parecido a cuando, en 2003, fue proscripto por este mismo motivo Luis Barrionuevo. La única diferencia es que a Jalil Colomé (hijo del histórico dirigente radical “Chicho” Jalil, hermano de Guido Jalil, a su vez padre de Raúl) nadie lo impugnó y, por lo tanto, su candidatura fue aceptada por la Justicia Electoral.

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Fue primicia de El Esquiú

“Luis Barrionuevo es un vivo bárbaro”. La expresión, con tono de ironía, pertenece a Patricia Bullrich y fue expresada en la noche del jueves, al referirse a una reunión del gastronómico con Javier Milei, en el canal TN. De esta manera, se cumplieron exactamente todas las predicciones lanzadas por El Esquiú hace dos semanas. Cuando nuestro comprovinciano vino a Catamarca y enfatizó que el irascible libertario “gana sin chicote en primera vuelta”, especulamos con la posibilidad que detrás de ambos estuviera Mauricio Macri. Y así nomás fue. Ya está prácticamente confirmado que Luis colocará un ejército de fiscales en el sur de la Capital Federal (Lugano, Soldati, Pompeya, etc) y el conurbano para custodiar los votos de Milei. La decisión surgió después de una reunión que fue confirmada por el candidato, quien destacó que con Barrionuevo hablaron sobre la “modernización del trabajo”, lo que directamente parece un chiste. En verdad, se habló de las elecciones, de la fiscalización y del rol que jugará en el futuro el amigo de ambos, Mauricio Macri, quien dice que apoya a Bullrich, pero ya palpita el triunfo el Milei, de quien sería funcionario en un puesto referido a las relaciones internacionales. Si. Tiene razón Bullrich: “Barrionuevo es muy vivo”. Agregamos nosotros “no tiene Patria ni bandera”. Veremos cómo le va ahora.

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Algo huele mal en Los Altos

Que a “los Olveira” no le salen las cosas no es noticia nueva. Ya perdieron la intendencia de Los Altos a manos de Raúl Barot y ahora corre peligro el presidente del Concejo Deliberante, Carlos “Kiki” Olveira, quien se obstinó en impedir el juramento de la concejal Isabel González. Primero consiguió expulsarla del cuerpo por una inexistente incompatibilidad, pero la Corte de Justicia le falló en contra y cuando debía hacer efectiva esta medida salió con los ridículos subterfugios de siempre. Que hay que arreglar el edificio del Concejo, que se necesita una desinfección o, como ahora, que hay problemas con las cloacas, aparte que al fallo de la Corte debe revisarlo la Asesoría Legal. ¿Quiénes integran esa Asesoría y que pueden revisar de un fallo cantado del máximo tribunal de la provincia? Por ello, porque González fue elegida por el pueblo y le invitaron una incompatibilidad, el Concejo resolvió sesionar en la calle a los efectos de tomar el juramento ordenado por la Corte. Una vergüenza, como que el año anterior se haya hecho jurar en lugar de la titular a María Lobo Vergara, tal cual lo comentamos in extenso en aquel momento.

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¿Por Catamarca cómo andamos?

Un caso singular se presenta en la Justicia nacional y, en gran medida, tiene que ver con una situación muy particular que ocurre en Catamarca. Hasta la semana que ha pasado, el kirchnerismo trató por todos los medios de mantener a la jueza María Cristina Figueroa, quien tenía que actuar en varias causas donde está involucrada Cristina Kirchner. No pudo hacerlo porque está mujer cumplió el día 9 de agosto los 75 años, fecha límite que establece la Constitución Nacional para ejercer como juez. Sin embargo, el reclamo de una prórroga por cinco años más, que también está contemplado en la Carta Magna, cumplió todos los trámites menos uno. Hubo elevación del pliego por parte del gobierno, lo aprobaron en la comisión de Acuerdos y pasó al pleno del Senado para su aprobación o rechazo. Como la oposición, desde hace tiempo, se niega a dar quórum, Figueroa se quedó “pedaleando en el aire” y la Suprema Corte de Justicia cortó por lo sano. Jubiló de facto a Figueroa por haber sobrepasado los 75 años y no tener prórroga. Respecto a esta situación hay que decir que en Catamarca existe un caso parecido, el de José “Pepe” Cáceres, un ministro de la Corte que ejerce en forma irregular. Tiene más de 80 años, es jubilado y debió haber dejado el cargo a los 65, tal cual lo establece la Constitución provincial. Superó un juicio político por esta cuestión, pero por sobre todas las cosas viola la jurisprudencia que rige en la Argentina y que establece el tope al tope para ejercer a los 75 años. Cáceres no se ajusta a lo reglado y el gobierno, que tendría que mandar un pliego de prórroga al Senado, “mira para otro lado”.

El Esquiú.com