El secretario
Crece el desafío para el reclamo universitario
La defensa de las universidades públicas enfrenta todo un desafío, ya que todo se encamina a convocar a una tercera marcha federal en este noviembre, siete meses después de la primera, y con el enorme desgaste que implica accionar pacíficamente contra un Gobierno que no acusa recibo de ningún golpe, no se permite el diálogo ni cede en políticas que claramente marchan a contramano de la voluntad de los argentinos. Las multitudinarias movilizaciones de abril y octubre, al margen del enorme peso simbólico que tuvieron como mensaje social, no lograron revertir la decisión de desfinanciar las casas de altos estudios. Paros, clases públicas, radios abiertas y actos se sostienen con convicción, pero es un hecho que el transcurrir del tiempo juega a favor de los planes oficiales. Porque se padece un desgaste, porque quienes no están directamente involucrados comienzan a cansarse y porque el gran aliado del Gobierno de Javier Milei es el pensamiento de que una nueva protesta tampoco cambiará el escenario.
*****
La tercera marcha universitaria federal en contra del veto impuesto a la ley de financiamiento universitario requiere, por ello, de un esfuerzo superior al advertido en las dos primeras movilizaciones. El gran objetivo de los organizadores es mantener la llama encendida fuera de las aulas y los claustros, para que el descontento de la comunidad estudiantil y docente se extienda una vez más al conjunto del pueblo argentino. La educación pública en Argentina está bajo amenaza por una agenda política que, según expresó el propio Presidente Javier Milei, tiene como objetivo “destruir el Estado desde adentro”, desde la idea de que el Estado es una “organización criminal” que ataca la libertad del mercado y que la justicia social es una aberración, un ataque al principio de la competencia libre. Milei propone exterminar la solidaridad social, la búsqueda del bien común como esencia del ser nacional y, a cambio, llevar adelante un proyecto despiadado que bien expone en sus discursos en foros ultraderechistas internacionales.
*****
Con el apoyo de poderosos grupos económicos que rápidamente se instalaron en posiciones clave en el Gobierno, con una mirada que busca desesperadamente la aprobación extranjera y desprecia la situación del propio pueblo, Milei arenga una “refundación” que implica borrar el marco institucional preexistente y ubica como ideal de país a aquella Argentina de fines del siglo XIX, donde había buenos números per cápita sin derechos políticos, sin derechos sociales, con una mayoría analfabeta y una oligarquía que se enriquecía escandalosamente a costa de la miseria general. Las marchas universitarias representan, por ello, no solo un reclamo por el presupuesto. Representan la defensa de valores vitales para el país, que la comunidad supo entender y acompañar. Que vuelva a hacerlo se torna por ello imprescindible.