El Secretario
Felices los dos
Hay hechos concretos y objetivos, a partir de los que se puede desarrollar un mar infinito de especulaciones. El problema es cuando se confunden especulaciones con hechos, sobre todo a la hora del análisis político, porque toda la lectura se desvirtúa y cada quién puede arribar cómodamente a las conclusiones que prefiera. La última semana fue abundante en ambas cosas: en hechos concretos y en especulaciones. Las hipótesis correrán por cuenta de cada uno, pero hay elementos tangibles y evidentes sobre la mesa, que no se pueden disimular. Comencemos por el principio.
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Cristina Fernández de Kirchner asumió este mes, al cabo de una interna frustrada y sin votación alguna, la presidencia formal del Partido Justicialista. Recuperó así el mando del sector más fuerte de la oposición, con algunos descontentos internos, pero mando al fin; luego de un tortuoso proceso que, tras perder el poder en 2015, le otorgó una gloria fugaz en 2019 cuando creó la fórmula Fernández-Fernández, para desembocar en la debacle de su vicepresidencia y la mala gestión de Alberto, que abrieron las puertas a Javier Milei. Con un par de yerros sonoros en su haber, y varios actores propios y ajenos empujándola a jubilarse, Cristina retoma el timón del peronismo, o gran parte del peronismo. Simultáneamente, se consumó su esperada -y por muchos deseada- condena por la Causa Vialidad. Con un proceso armado o real, la condena está ahí. El principal aliado de Milei y socio vital para que ganara el balotaje, Mauricio Macri, vio la oportunidad para asestarle a CFK la estocada final y sacarla del mapa. Reimpulsó así el proyecto de ley de Ficha Limpia, que, para resumir, impediría a Cristina ser candidata el año que viene. Y allí: lo impensado. Los libertarios le dieron la espalda a Macri y jugaron en el Congreso para evitar la inhabilitación de Cristina, que sigue en cancha. Hechos, no especulaciones.
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Todo lo que sigue está librado a la imaginación. ¿Se selló un pacto Milei-Cristina como denuncian varios legisladores? ¿Qué alcance tendría ese acuerdo? ¿Milei mantiene a Cristina activa para ayudarla o por conveniencia propia? ¿Es la caída de la Ficha Limpia una moneda de cambio para armar la Corte Suprema que quieren los libertarios, o forma parte de la especulación electoral? ¿Busca Milei fortalecer a Cristina con el único objetivo de dividir al peronismo y pasar la ambulancia para sumar a los peronistas no kirchneristas al proyecto del oficialismo? ¿Juega con fuego Milei al dejar viva (en términos políticos) a Cristina sin contemplar que podría vencerlo en las urnas? ¿Es más complejo para el rearmado peronista un escenario con Cristina o sin Cristina? Todo se sabrá conforme se desenvuelvan los acontecimientos. Por lo pronto, el gran perdedor es el macrismo, groseramente desairado por el “monstruo” que alimentó. Y el gran ganador es Milei, claramente subestimado en su capacidad de acción política, que viene moviendo piezas desde que asumió con el nivel de un Gran Maestro de ajedrez.
El Esquiú.com