El Secretario

La ilusión del discurso y la realidad del bolsillo

lunes, 2 de septiembre de 2024 01:34
lunes, 2 de septiembre de 2024 01:34

El Gobierno de Javier Milei, que no tiene logros para exhibir al cabo de nueve meses de gestión, se jacta de haber dominado la inflación, para lo cual cita números fantasiosos y dibujados, partiendo de la falacia de que evitó una hiper allá por diciembre, con cálculos inverosímiles sobre los que se apoyaba para “explicar” que se viajaba al imposible número de 17.000 por ciento anual y pasando convenientemente por alto una devaluación del 120 por ciento, que masacró los salarios de millones de trabajadores. Luego de arrasar con el poder adquisitivo, celebró en los meses siguientes los informes habituales del índice inflacionario, que efectivamente rondaron entre el 4 y el 5 por ciento. Números vacíos de un éxito inexistente, por cuanto los niveles de producción y consumo se desploman y la calidad de vida de los argentinos desciende de manera abrupta.

Un solo elemento alcanza para derribar la hipótesis del control de la inflación y es el valor del combustible, que en el amanecer de este septiembre volvió a subir. Los precios de la nafta y el gasoil en todo el país experimentaron un nuevo tarifazo a raíz de un incremento parcial en los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Con el enésimo ajuste, los precios de la nafta y el gasoil acumulan un alza del 81,61 por ciento en lo que va del año. Sí, más del 80 por ciento, en una gestión que proclama haber dominado la inflación. Las palabras por un lado, la realidad por otro bien distinto. 

Los economistas interpretan que el incremento actual que aplicaron las principales refinadoras como YPF, Shell, Axion y Puma, trasladará al precio final la devaluación mensual del peso frente al dólar oficial, que fue del 2 por ciento, y una actualización del 1 por ciento en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL). Desde junio, el Gobierno Nacional implementó un desdoblamiento en los incrementos de los impuestos a los combustibles virgen para moderar el impacto sobre la inflación. Con la nueva actualización en los impuestos, el litro de nafta experimentará un aumento promedio del 3 por ciento, aunque el detalle fino varía según la región del país que se visite. Lo que no cambia es el efecto de esta medida, ya que el valor del combustible repercute en todo, porque Argentina es un país enorme, con polos de producción muy concentrados en la zona mediterránea y portuaria, y ello significa que la provisión de casi todos los productos, comenzando por los alimentos, requiere logística, traslados y fletes. Esto es, combustible. Y no se necesita ser economista para saber que cuando los combustibles aumentan de precio, aumentan los precios de todo. Podrá el Gobierno ensayar el discurso que le plazca, pero el bolsillo dice la verdad.

El Esquiú.com

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