Javier Milei, tras sacar poco menos de 30 puntos porcentuales en las elecciones presidenciales de octubre del año pasado, se impuso en el balotaje a caballo de algunas promesas simples y concretas. Entre ellas, que llevaría a cabo un gran ordenamiento económico sin tocar a los trabajadores, porque “el ajuste lo va a pagar la casta”. Prometió también dolarizar la economía, cortarse un brazo antes de subir un impuesto, cerrar el Banco Central, no tocar las tarifas, etc. A casi 10 meses de haber asumido, no sólo no cumplió lo prometido, sino que hizo exactamente lo contrario. Porque es razonable que alguna meta no se pueda alcanzar en el plazo esperado por dificultades imprevistas, pero otra muy distinta es obrar en sentido directamente contrario al anunciado. Eso se llama mentir. Y mentir en campaña es una estafa al electorado.

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Milei no atacó a la “casta”, sino que la abrazó con amor y pasión. Acusaba en campaña a Patricia Bullrich de poner bombas en jardines de infantes y la nombró su ministra de Seguridad. Acusaba a Luis Caputo de haberse “fumado” 15.000 millones de dólares del Banco Central y lo nombró su ministro de Economía. Prometió no tocar a los trabajadores y los masacró por completo: “El ajuste lo paga la política y no la gente. No me voy a meter con la gente, me voy a meter con la casta”, prometió. Hoy la casta lo rodea cariñosamente, lo cobija y se brindan afecto mutuo. “La gente” no tuvo la misma fortuna. Los niveles de pobreza e indigencia en el país alcanzaron los niveles más altos en décadas. La situación es mucho peor que durante la pandemia, y peor que en el peor momento de la presidencia de Mauricio Macri.

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La pobreza saltó del 40,1% al 52,9% en el primer semestre de 2024 frente al mismo período del año previo, mientras que la indigencia escaló del 9,3% al 18,1%, según informó ayer por la tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Extrapolado a la población total, esto implica que unos 24,8 millones de argentinos están en condiciones de pobreza, mientras que otros 8,5 millones en situación de indigencia. Más de la mitad de los argentinos viven en la pobreza. La cantidad de niños pobres en el país ascendió a 7,3 millones. En Casa Rosada, mientras tanto, se vivieron ayer horas complicadas, pero no por la situación social. Las máximas autoridades del país, recién llegadas del enésimo viaje a Estados Unidos, dedicaron su día a acondicionar la sede gubernamental para recibir a la octogenaria Susana Giménez, que tendrá a Milei como protagonista de su reciclado y oportunamente oficialista show televisivo.

El Esquiú.com