El secretario

Luces y sombras de los planteos de Marchioli

viernes, 17 de enero de 2025 01:39
viernes, 17 de enero de 2025 01:39

Cuando gran parte de la dirigencia, nacional y provincial, se enfervoriza con la posibilidad de subirse al tren libertario y sellar una alianza con La Libertad Avanza para saborear las mieles del éxito que hoy ostenta Javier Milei (más electoral que de gestión), el presidente de la Unión Cívica Radical en Catamarca, Alfredo Marchioli, clavó el freno de mano y ofreció una ácida mirada sobre la esencia y los efectos del acuerdo que se promueve. El legislador utilizó conceptos concretos y más que gráficos sobre el posible matrimonio por conveniencia que entusiasmó a varios correligionarios, advirtiéndoles que pueden quedar condenados a hacer el papel de “idiotas útiles”, trabajando “gratis” para beneficio de otro sector político. No deja de ser un acto de valentía de Marchioli el hecho de pararse contra la corriente y permitirse este llamado de atención cuando ya comienza a formarse toda una legión de los llamados “radicales con peluca”, creciente bloque que cuenta incluso con varios comprovincianos. La voz de Marchioli es calificada, en primer lugar porque es el presidente de la UCR, y luego porque seguramente no es un lobo solitario sino que su visión es compartida por muchos otros radicales.

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Erra Marchioli cuando señala al Frente Cívico y Social como pionero de los frentes electorales en el país, ya que varias décadas antes ya hubo otros frentes electorales, como la Alianza Popular Revolucionaria, un frente electoral de izquierda y centroizquierda integrado por el Partido Intransigente, el Partido Revolucionario Cristiano y el Partido Comunista, o el más conocido FREJULI, Frente Justicialista de Liberación liderado por el Partido Justicialista en alianza con otros partidos como el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), liderado por el expresidente Arturo Frondizi, el Partido Conservador Popular, liderado por Vicente Solano Lima y el Partido Popular Cristiano (PPC) de José Antonio Allende -una de las dos facciones del Partido Demócrata Cristiano-; que se anotó sendos triunfos en los comicios de marzo y septiembre de 1973. Sí es verdad que el FCS fue la primera gran experiencia catamarqueña, con el precedente de la alianza UCR-MPC que ya había ganado en las intermedias de 1985.

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Lo que a esta altura debieran hacer los radicales, y para ello pueden ser un disparador las palabras de Marchioli, es sincerarse y preguntarse si en verdad añoran tanto al Frente Cívico. Porque esa alianza fue sólo una herramienta, y lo que el radicalismo local ha perdido es el liderazgo que ahora reclama desesperadamente. Por eso falló en su alianza con el PRO en Cambiemos, y por eso son escasas las posibilidades de éxito con los libertarios. Lo que se ofrece a la UCR con estos acuerdos es agregar un vagón a un tren manejado por otros, que como mucho puede significar algunos cargos, con el riesgo de asumir luego con estruendosos fracasos ajenos como le sucedió con Macri. Si se quiere, financiamiento de campaña, y no mucho más. Por eso, la idea de fortalecer al propio partido, recuperar identidad y elaborar una propuesta sólida, surge como mejor opción que buscar una vía de escape con rédito inmediato en las urnas a caballo de otra fuerza. Marchioli propone el camino más arduo y difícil, pero asoma como mucho más serio que seguir probándose disfraces de ocasión.

 

Comentarios

19/1/2025 | 23:17
#1
El peronismo y el radicalismo siempre han sido un perno para la provincia. Una casta de impresentables distribuyéndose el poder , la plata y los cargos para amigos. la misma bosta con distinto olor
17/1/2025 | 12:44
#0
El radicalismo, tanto a nivel provincial como nacional, nunca volverá a ser lo que fue, justamente por falta de liderazgos. En el orden nacional, el último líder fue Raúl Alfonsín y en Catamarca ya no están Don Arnoldo Castillo, Eduardo Brizuela del Moral y Oscar Castillo, de tal manera que digan lo que digan Alfredo Marchioli o Juan de los Palotes hasta el surgimiento de otro liderazgo la UCR seguirá siendo furgón de cola de eventuales apariciones fugaces de intrépidos outsider, panelistas o tarotistas.

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