Un mes con más incógnitas que certezas
Se cumple hoy un mes desde la detención del gendarme catamarqueño Nahuel Gallo en Venezuela, un caso que desató un conflicto diplomático de proporciones insospechadas, y que por ahora se desarrolla en la más absoluta oscuridad, ya que más allá de las declaraciones de altos funcionarios de uno y otro país, no hay precisiones sobre la causa. Se trata de una situación delicada y posiblemente sin precedentes entre dos países históricamente aliados. Venezuela jugó muy fuerte a favor de Argentina durante la guerra de Malvinas, y luego ambos países unieron fuerzas para luchar contra la hegemonía estadounidense. Liderados por Hugo Chávez y Néstor Kirchner, incluso armaron una contracumbre para rechazar el ALCA promovido por norteamérica. Más adelante, Argentina y Venezuela ratificaron su alianza estratégica y la hermandad entre sus pueblos, pero todo cambió. Hoy las naciones rompieron vínculos oficiales por las diferencias políticas entre los mandatarios Nicolás Maduro y Javier Milei, éste último alineado completamente con Estados Unidos. En este punto, resulta difícil establecer si esa batalla ideológica empeora el panorama o directamente es la semilla de todo este extraño episodio.
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Los hechos indican que el 8 de diciembre de 2024 el gendarme fue detenido al ingresar a Venezuela en el cruce de frontera que une las ciudades de Cúcuta (Colombia) y Ureña (Venezuela). Desde entonces, se desconoce su paradero: el Gobierno de Nicolás Maduro dio a conocer en los últimos días 2 videos cortos de Gallo caminando por una cárcel, primero solo y luego con 2 hombres más, todos vestidos de celeste. El Presidente venezolano acusó al gendarme de formar parte de un plan para asesinar a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez. En medio de la tensión entre ambos países, el presidente Javier Milei se reunió el 4 de enero con Edmundo González Urrutia, candidato presidencial de la oposición en las elecciones venezolanas de 2024 -y a quien el Gobierno argentino reconoce como presidente electo-, en la Casa Rosada. Gallo, cabo primero de la Gendarmería Nacional Argentina, fue detenido en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander, y se asegura que sólo intentaba ingresar a territorio venezolano para visitar a su esposa e hijo de 2 años.
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El gobernador Raúl Jalil gestionó apoyo nacional para la familia del gendarme, y hasta se solicitó la mediación papal por este tema. Pero las semanas se suceden sin ningún avance y, por el contrario, todo parece empeorar. A falta de comunicación directa, Argentina buscó que Brasil intercediera para llegar a un entendimiento, pero tampoco esas negociaciones prosperaron, y en los últimos días escaló la violencia de las declaraciones de los funcionarios argentinos y venezolanos. Incluso dentro del propio gobierno argentino, hubo fuertes roces con acusaciones de la vicepresidenta Victoria Villarruel a la ministra Patricia Bullrich. Mientras tanto, la suerte de Gallo, y sobre todo su futuro, siguen envueltos en una enorme incógnita. Queda esperar que prime la razón y Gallo pueda retornar al país sano y salvo lo más pronto posible.