El Secretario
Salario disponible
Cada día se hace más evidente, sobre todo en los hogares de familias trabajadoras, la abismal diferencia entre la optimista lectura de la economía que ofrece el Gobierno y la dura realidad que se enfrenta cuando se sale de compras al supermercado, al almacén de la esquina, a la librería a buscar útiles, o se tienen que pagar los servicios. La bonanza económica que se describe mes a mes, con índices supuestamente alentadores y que muchas veces son reales, poco y nada se parece a las penurias que el asalariado encuentra a la hora de hacer las cuentas de la casa. Por caso, durante el 2024 la inflación acumulada fue de 117,8%, lo que representó una baja de casi 100 puntos porcentuales con respecto a 2023, cuando fue del 211,4%. Pero en los hechos nada mejoró, al contrario, se perdió notablemente el poder adquisitivo.
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Es un hecho que, para los cálculos oficiales, el año pasado se advirtió una desaceleración de la inflación, pero ello no necesariamente se puede ver reflejado en la capacidad del poder adquisitivo de las personas. En ocasiones, esto se debe a que la suba de salarios es inferior al incremento de ciertos gastos constantes del hogar, como los servicios públicos. Al respecto, la consultora Empiria elaboró el denominado “índice de salario disponible”, que relaciona una canasta de ingresos (laborales formales, laborales informales e ingresos no laborales) con los gastos fijos relacionados a la vivienda, como agua, luz, gas, expensas y transporte público. El salario disponible, entonces, es el remanente que le queda a una persona una vez que se hicieron todos los pagos de los gastos del hogar. “El ingreso puede crecer, incluso en términos reales, pero si los gastos fijos crecen más que el ingreso, significa una disminución del ingreso disponible”, explicó el economista Federico González Rouco.
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Es precisamente lo que sucede en la Argentina, y que ya se vivió el año pasado. Los números mejoran, pero el común de la gente está cada vez peor. El especialista aseguró que en 2024 ”el ingreso disponible cayó mucho en todos los segmentos y los de menores ingresos tuvieron una caída más fuerte que llegó a ser del 25%”. Esto ocurrió debido a un fuerte ajuste de los gastos fijos. Este dato ayuda a explicar por qué muchas personas afirman que, pese a la baja de la inflación, sus ingresos no le alcanzan para cubrir los mismos gastos que antes. Es fácil comprender que la caída del ingreso disponible contrasta con los datos del poder adquisitivo del salario privado, medido frente a la evolución de la inflación general: de acuerdo con los últimos datos oficiales, en noviembre de 2024 aumentó 2,5% real interanual. El INDEC elabora sus estadísticas en base a la información brindada por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), que muestra los patrones de consumo de la sociedad en un momento determinado. La actual medición de inflación en el nivel nacional está elaborada en base a la ENGHo de 2004, y se encuentra pendiente una actualización utilizando una encuesta más reciente, de 2017, que sólo usan las direcciones de estadística de Neuquén y la Ciudad de Buenos Aires. Esta actualización le daría más ponderación a servicios que este año tuvieron aumentos considerables, como las tarifas de luz, gas, electricidad y transporte, entre otros.
El Esquiú.com