El Secretario
Un cheque en blanco que no pagarán Caputo ni Milei
Una situación tan inédita como insólita se consumó ayer en el Congreso de la Nación, al quedar firme el decreto que autoriza al Gobierno nacional a contraer una deuda con el Fondo Monetario Internacional, a pesar de que es facultad del Congreso, y no del Ejecutivo, asumir semejante compromiso. Pero lo que es más grave, el acuerdo ahora legalizado con el FMI, obtuvo el aval sin que se conozca una palabra de la operación, que en los hechos no se concretó. Es decir, se aprobó un acuerdo antes de que se acuerde, se otorgó un permiso a futuro, convirtiendo al ministro de Economía Luis Caputo en una suerte de agente 007 con licencia para cualquier cosa, algo así como el clímax de la insensatez, una acción de altísimo riesgo para el país, vacía de institucionalidad, que incluso podría tener consecuencias para el FMI si un futuro Gobierno nacional desconoce esa deuda por estas irregularidades. En la votación, que se decidió por 129 votos a favor, 108 en contra y seis abstenciones, el catamarqueño Francisco Monti votó a favor, y los peronistas Sebastián Nóblega, Fernanda Ávila, Dante López Rodríguez y Silvana Ginocchio estuvieron ausentes.
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La gravedad consiste en que se dio luz verde a un acuerdo “a celebrarse”, es decir que no existe” y un decreto por el que se delega en el ministro de Economía el derecho a suscribir sin ninguna limitación, porque no se conoce el acuerdo y las condiciones. Es una disgregación de facultades que excede todos los límites, que termina en el visto bueno a ciegas, a libro cerrado, para un acuerdo sobre el que no se conoce el monto, las condiciones, la tasa de interés, ni ninguno de los elementos que lo componen, donde nadie ha explicado cuál es la necesidad y urgencia, y con ningún funcionario dando explicaciones porque, si los citan al Congreso, simplemente no van porque no se les da la gana.
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El DNU ya está firme porque para voltearlo se necesitaba el rechazo de ambas cámaras del Congreso. Avalado por Diputados, ya no hay más que discutir. Se le ha dado al Gobierno un cheque en blanco para contraer más deuda, en un país sepultado precisamente por las deudas. Un cheque en blanco que no pagarán ni Javier Milei ni Luis Caputo, sino el conjunto de los argentinos, como siempre. El presidente de la cámara pidiendo a los suyos que lo insulten para armar escándalo y malograr sesiones, los discursos delirantes, los votos interesados, todo queda en anécdota. Una postal de los tiempos que corren, donde cada quien esgrimirá sus argumentos, pero la realidad se impone por encima de cualquier relato.
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