El Secretario

Regreso sin gloria

jueves, 10 de abril de 2025 02:40
jueves, 10 de abril de 2025 02:40

Edgar Adhemar Bacchiani regresa a Catamarca después de poco más de dos meses, contando desde aquel jueves 6 de febrero en que lo llevaron para enfrentar su primer juicio por estafas ante la Cámara Décima del Crimen de la ciudad mediterránea. Mucho ha cambiado para el “Trader God” durante este lapso, tanto que se fue gritando su inocencia a través de numerosas cartas difundidas por la prensa local y retorna con una condena a 9 años de cárcel en el bolso. La excursión por Córdoba deja una cicatriz imborrable en la piel comercial, penal y civil de Bacchiani, que retorna al lugar donde comenzó todo como condenado y con nuevos frentes de conflicto en el horizonte, porque no bien le bajaron el martillo para condenarlo, le abrieron allá una segunda causa, que fue precisamente la que demoró su regreso. El panorama es oscuro y ya no tiene tanto sentido calcular cuántos años le restan para recuperar la libertad, porque la peregrinación judicial recién empieza. Los 50 casos por los que fue condenado son apenas la punta del iceberg de todas las denuncias que acumula.

Pero hay un detalle más, un detalle decisivo que torna diferente el escenario y explica por qué el Bacchiani que vuelve no es ni por asomo el mismo Bacchiani que se fue. En Córdoba, en ese juicio abreviado que se desarrolló en cuentagotas a lo largo de varias semanas, pero en un puñado de horas en la sala de audiencias, Bacchiani hizo lo que jamás hizo en Catamarca en los años anteriores: se declaró culpable, confesó su delito, aceptó las estafas como tales. Y eso modifica brutalmente el panorama, porque aquí siempre defendió la buena fe de sus operatorias, incluso después de ser detenido. Siempre se aferró al discurso de que tenía la voluntad de pagar, de que no había estafado a nadie, de que poderes externos le habían tendido una trampa y, más tarde, de que era en realidad una víctima de la voracidad de sus propios socios y allegados. Aquí se declaró un soñador, se declaró ingenuo y confiado, se declaró siempre inocente. Allá se confesó culpable.

De qué manera Bacchiani podría retomar sus argumentos originales para defenderse es indescifrable. Cuando confesó en Córdoba, dijo también que no había recibido ninguna presión para hacerlo. Se sabe que así se evitaba un castigo mayor, pero la admisión de culpa está allí, grabada a fuego para el resto del viaje. No eran muy diferentes las oficinas de Adhemar Capital en Catamarca, en Tucumán o en Córdoba. Ofrecía y hacía en todos lados lo mismo. Cómo va a convencer a la Justicia de que aquí fue un emprendedor burlado y allá un estafador confeso, es una incógnita. Porque fiscales y jueces podrán ser más rápidos o lentos, pero no son estúpidos. Y la condena cordobesa, basada en las palabras del propio Bacchiani, tendrá la fuerza de un testigo clave en los próximos juicios. Sea cuando fuere que se realicen.

El Esquiú.com

Comentarios

11/4/2025 | 15:00
#1
y en catamarca estamos todos metidos.......no vamos a destapar la olla entre nosotros....
10/4/2025 | 11:56
#0
No son estúpidos.....pero ceden a las tentaciones y la codicia..!!!

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