El Secretario

Una señal de advertencia para toda la clase política

jueves, 17 de abril de 2025 02:06
jueves, 17 de abril de 2025 02:06

Las elecciones desarrolladas el último domingo en Santa Fe concentraron todas las miradas, porque se trató de la apertura de un extenso calendario de votaciones que se extenderá hasta el próximo mes de octubre en todo el país, y porque todos buscaban allí pistas de cómo se podría comportar la ciudadanía en un contexto tan complejo como el actual. Era una elección especial, porque estaba en juego nada menos que la redacción de la nueva constitución de esa provincia, con un atractivo clave para el oficialismo: habilitar la reelección del gobernador Maximiliano Pullaro, un radical que a su vez se medía con el dividido peronismo, el socialismo, el macrismo y la nueva fuerza libertaria, que se estrenaba sin Javier Milei en las boletas. La selección de convencionales otorgaba un condimento extra, una ventaja si se quiere, porque el propio mandatario aparecía en las listas de candidatos, a menos de un año y medio de su gran triunfo.

Al cabo, los libertarios no pasaron de un discreto tercer lugar, pero nadie se asustó porque lo mismo pasaba en las elecciones previas a la consagración presidencial del hombre de la motosierra. El peronismo, partido en tres, igual se quedó con el segundo puesto, y los demás se repartieron migajas. El gran vencedor terminó siendo Pullaro, que se llevó cerca del 40 por ciento de los votos y le sacó 20 puntos de diferencia a su perseguidor más inmediato. “Tiene la reelección en el bolsillo”, “Contundente”, “Apabullante”, “Demoledor”… Pullaro se llevó todos los titulares por una victoria inobjetable. Y lo fue.

Pero hay un detalle que es todo un llamado de atención: Pullaro, que ganó con toda comodidad, obtuvo en realidad medio millón de votos menos que en la elección de 2023, que lo llevó a Casa de Gobierno. Esto sucedió porque de los casi 3 millones de santafesinos que estaban habilitados para ir a votar, asistieron menos de 2 millones. Es un fenómeno notable, tanto que resultó el porcentaje de votantes más bajo desde la recuperación de la democracia en 1983. En 2021 había votado el 69 por ciento del padrón, en 2023 se llegó al 63 por ciento. Y el domingo fueron a votar apenas el 55 por ciento de los santafesinos. Casi la mitad de la ciudadanía ni se expresó. Atención con estos niveles de apatía, porque además casi un 10 por ciento votó en blanco. No es un caso aislado, y se viene observando elección tras elección. Algunos dirigentes, como el propio Raúl Jalil, remarcan hace tiempo que a la gente no le interesa la pelea política, ni las batallas electorales. Tiene otros problemas y otras prioridades. Un escenario para reflexionar, o para ver quién aprovecha mejor.

El Esquiú.com

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