Víctor Aybar

“Los mejores bailarines salen de la periferia de la ciudad”

Bailarín
martes, 12 de octubre de 2010 00:00
martes, 12 de octubre de 2010 00:00

2006: Bailarín invitado por la Delegación Provincial de La Rioja en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, con el espectáculo “Chaya” dirigido por los Prof. Carina Flores, Ariel Sosa y Marcos Vega, con artistas invitados como Emiliano Zerbini, Natalia Barrionuevo, Los Chayeros de Chilecito y otros. Participación en la Fiesta Nacional de la Chaya como bailarín invitado por la delegación provincial de La Rioja.

2007: Bailarín invitado por la cantante Sandra Sosa y el Dúo La Chirlera en la XXXVII Fiesta Nacional del Poncho.

2008: Beca de Perfeccionamiento en la Escuela de Danza Clásica y Comedia Musical Julio Bocca - Ricky Pashkus.

2009: Bailarín invitado por la Compañía de Ballet Catamarca, dirigida por la Prof. Alba Vega en los espectáculos “Estilo Argentino” y “Fortaleza del Cielo” en la ciudad de Cuautitlán Izcalli, México y Distrito Federal, México.

2010: Bailarín en el Ballet Camin, ballet oficial del Festival Nacional de Fol-klore Cosquín en su 50º Aniversario. Bailarín invitado por el Ballet Camin, por la Costa 2010. Bailarín y director de la puesta en escena de “Mercedes Sosa le canta a Catamarca” en la Fiesta del Poncho. Bailarín en el Ballet Camin, ballet oficial del Festival Nacional de Fol-klore Cosquín, en la gira a Ecuador.

 

- ¿Cómo fue tu infancia en tu barrio?
El barrio donde nací, me crié y actualmente sigo viviendo es en la zona sur de la ciudad. Fui a la escuela primaria de las Mil Viviendas, la secundaria la cursé en la escuela técnica número 1 (ENET 1). Ahí obtuve el título de “Maestro Mayor de Obras”. Prácticamente comencé a hacer lo que más me gustaba, que era bailar, es por eso que comencé a estudiar baile.
Mis padres eran del interior de la provincia. Mi padre era de Mutquín (Pomán) y mi madre de Sínguil (Ambato). En ambos lugares había muchísimo folclore. Casi todos los veranos nos íbamos con mi familia a Mutquín, y vivíamos escuchando folclore todas las vacaciones. Aparte todos mis tíos sabían folclores, cantaban y con mis primos bailábamos.
Mis inicios en el folclore fueron a los 13 años en los talleres barriales de las Mil, de los hermanos Segura, pero ahí era muy inconstante. Ya llegando a mi adolescencia me tiró más de bailar y a tomarlo más en serio al baile.

- ¿La gente que vive en la periferia de la ciudad se dedica más al folclore?
- En la periferia es el lugar donde más se baila folclore, por ejemplo en los barrios La Tablada, las Mil, y los otros barrios de la zona sur. Los mejores bailarines de Catamarca salen de las zonas periféricas de la ciudad.

- ¿Dónde nace ese gusto por el folclore?
- Mis abuelos, mis padres, escuchaban folclore todo el día, de ahí nace mi gusto por esta danza.

- ¿Cómo fueron tus primeras clases?
- Al comienzo no era muy constante. Cuando tenía 13 años, había comenzado la Industrial y la escuela me consumía mucho tiempo. Más adelante me empezó a gustar, cuando bailé por primera vez en la fiesta del Poncho, con el Ballet Argentino. Ya con 15 años ensayaba los sábados y domingos por la mañana, a la hora de la tarde en los talleres, cuando me podía escapar de la escuela. Ahí empecé a formarme como bailarín de danzas folclóricas. Cuando se van encontrando más destrezas, más conocimientos, uno va buscando alternativas y siendo más grande comencé a ser más exigente conmigo mismo.

- ¿Por qué decidiste estudiar Letras, cuando tuviste una preparación distinta en la ENET 1?
- Cuando inicié en la Industrial iba con ciertas expectativas; cuando fui creciendo cambió la visión que tenía de la escuela. En realidad mi sueño hasta los 16 años era ser arquitecto, pero en la ENET la carrera no era como creí, y además era imposible irme a estudiar afuera. Vi que había otras cosas que me atraían, como ser leer, y siempre me destacaba en la literatura. Entonces elegí la licenciatura en Letras.


Un sueño hecho realidad

Participar del Festival de Cosquín es un sueño para muchos jóvenes artistas de toda la Argentina.
Hacerlo en lo que fue el aniversario número cincuenta del histórico evento folclórico más convocante de todo el país, y con apenas 25 años, es casi una utopía. Pero Víctor Aybar, un vecino más de la ciudad de la capital de Catamarca, lo logró, y deslumbró en las noches cordobesas, ante una plaza Próspero Molina colmada.
A este joven le queda mucho para trascender en el baile.

 

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