Hugo Mott

“Era fácil ser gobernador con Perón”

lunes, 16 de agosto de 2010 00:00
lunes, 16 de agosto de 2010 00:00

Hugo Alberto Mott fue electo gobernador de Catamarca con el 64 por ciento de los votos, y asumió el 25 de mayo de 1974. Fue destituido con el golpe de Estado de marzo de 1976 y reemplazado por los militares. Está trabajando en un libro sobre sus memorias, que espera poder presentar el próximo 17 de octubre.

- Siempre cuento la historia, que las cosas más importantes que pasaron en mi vida fueron por la gente. Fui médico porque la peonada de la finca donde nací le decía a mi mamá: “Huguito tiene que ser médico para que nos cure”. Y antes de que apareciera Perón hubo otro episodio que marcó mi ideología política. A Tinogasta llegaba gente para la cosecha de la zafra que venía de Salta y Tucumán. Y un tío me llevó a Anillaco a buscar gente para llevarla a la estación, y desde ahí se podía ver cómo a la gente se la cargaba en un vagón de hacienda. Entonces cuando aparece Perón hablando de justicia social y de políticas para cambiar la realidad de esa gente, dije tengo que hacerme peronista. Cuando me vine de Tinogasta me vine para ser gobernador.

- ¿Cómo era el mapa político en sus inicios?
- En aquella época había seis partidos en Catamarca, y comenzamos a trabajar por la unidad con Julio César Balverdi, hermano del Machete Balverdi, y conformamos la Unión Justicialista del Oeste, que fue una potencia política. Tinogasta, Santa María, Belén, no perdían nunca, incluso en la época de Ramón Saadi estos votos le garantizaron el triunfo . El problema fue cuando las capitales provinciales empezaron a querer no tener límites y eso se dio porque hubo gobiernos inútiles que no protegieron al productor. Tinogasta producía 75 millones de kilos de uva en ese entonces, la última vendimia fue de 8 millones. Y no es que mezcle temas sino que no se ve la política de una manera integral.

- ¿Qué fue lo que pasó?
- El productor que tenía pocas hectáreas pero con eso vivía, educaba a su hijos, y cubría todas las necesidades de su familia, se vio desmantelado en sus ingresos porque le pagaban 17 centavos el kilo de uva. Entonces no sólo no le alcanzaba para vivir, sino ni siquiera para cosechar la uva. Lo que pasó es que ese productor consiguió un conchabo y con el conchabo tuvo un sueldo y una obra social. Luego, ese hombre se anotó en un plan de vivienda, entonces, tuvo sueldo, obra social, vivienda y tuvo algo muy importante: acercar su familia a un centro donde en sus hijos podían tener educación. Ese hombre fue inteligente, pero los necios fueron los políticos que no hicieron nada. De los 14 mil empleados públicos que tenía la provincia cuando yo era gobernador, ha llegado a 60 mil entre empleados provinciales y municipales; pero a eso hay que sumarle que hay un montón de planes provinciales. Hemos encubierto la desocupación y no hay producción. Acá hubo muy malos gobiernos que no vieron que sin producción no hay desarrollo y nos conformamos con empleo público.

- ¿Cómo fueron los años en los que Hugo Mott fue gobernador?
- Fueron difíciles. El intento de toma del Regimiento fue un punto de inflección. Perón fue presidente con el 71 por ciento de los votos. Hugo Mott fue gobernador con el 64 por ciento de los votos, el porcentaje más alto de la historia de un gobernador. La gente quería democracia. Y a pesar de que los tiempos eran difíciles se pudo gobernar con tranquilidad, porque con Perón existía el verdadero federalismo. Era fácil ser gobernador con Perón de presidente.
Después de la asunción, Perón convocó a todos los gobernadores al Salón Blanco. En aquella oportunidad, hablaron primero todos los gobernadores, quedando últimos Buenos Aires y Catamarca. Recurdo que mientras escuchaba los discursos aproveché para observar lo que hacía Perón durante la alocución de los gobernadores. El “viejo” siempre tenía un cigarrillo Jokey Club largo en la mano, que nunca lo prendía. Yo tenía un mamotreto para leer, donde los secretarios te mienten todos, y dije... no, esto no voy a leer. La mayoría de los discursos habían sido brillantes y dos muy lacrimógenos, sobre todo el de Corrientes. Y agarré un borrador y anoté unos diez puntos, hablé 20 minutos pero con palabras que me salían de las entrañas, donde le contaba a Perón los por qué de Catamarca. En nuestra provincia en más de cien años, lo único que se había hecho era matar al hombre y a su libre albedrío. Y lo sigo pensando. Nos habíamos transformado en una fábrica de hombres para exportar, en Caleta Olivia hay más tinogasteños que en Tinogasta; en Comodoro Rivadavía, más docentes que en cualquiera de la capitales del interior, hemos sembrado el sur de docentes, y acá nos estábamos quedando con un pueblo de viejos y de niños.

- ¿Cómo terminó su discurso?
- Con una frase que acompañó mi visión sobre la provincia y que aún sigue intacta, como hace 40 años atrás: “Catamarca es como aquél agricultor que al final de una larga acequia y con su pala al hombro está esperando el agua para fertilizar la tierra”. Después de esas palabras me paré y se me cayeron los pantalones; porque mi líder estaba parado frente a la mesa aplaudiendo ese discurso que había salido de las entrañas pero que reflejaba a todo un pueblo. Era el grito de alguien que quería cambiar Catamarca. Aún hoy necesitamos cambiar.

- ¿Cómo vivió el último día de su gobierno?
- Recuerdo que la Casa de Gobierno estaba llena, sobre todo gente de la CGT . Eran las 9 de la noche, y estábamos mirando la televisión siguiendo los hechos. Entonces aproveché para mandar la gente a la casa temprano y la hice sacar a mi familia de la residencia de Pirquitas. Juro que tenía miedo. Tener miedo no es ser maricón, sino ser prudente. No sabíamos qué iba a pasar. Entonces dejé a mi familia en Villa Parque Chacabuco, antes de ir hacia ellos llamé a Dante Vega, que era mi jefe de Policía y le dije que cuando haya movimiento, avise. Esa misma noche el regimiento estaba alistado. Al otro día por todos lados había soldados, en cada escalón había un militar y en el despacho ya estaba Lucena.

- ¿Y qué le dijo?
- “Dr. Mott, usted está detenido”. Nosotros teníamos buena relación. Como mi mujer estaba embarazada, me permitieron quedarme preso en domicilio hasta que tuviera familia. Mi hijo nació el 17 de abril. Lucena iba todas las noches a consultarme temas de gobierno, pero cuando vino Carlucci todo cambió. Y apareció un oficial en mi casa y me llevaron preso. Me rodearon la casa, me trasladaron al Hogar Escuela y luego a la cárcel.

- Es imposible no preguntarle por Capilla del Rosario...
- Luchamos nosotros, lucharon ellos, yo no luché con armas, sólo con los ideales de Perón y de Evita. Yo soy un hombre pacífico, no creo que a través de las armas se pueda cambiar algo. Siempre me sacan el tema de Capilla del Rosario. Cuando me citaron a declarar le dije al Juez que no sé si hubo o no masacre, en primer lugar porque no estuve y en segundo lugar porque tendría que haber estado en el lugar de los hechos. Pero alguna gente, cree que tendría que haberlos invitado a tomar el té con masas a la Casa de Gobierno, a aquellos que quisieron tomar el regimiento.

- ¿Quién es Hugo Mott?
- Un chico que nació en Tinogasta y que cumplió el sueño de ser gobernador. Nunca me voy a ir de la política. Cuando Hugo Mott camina por Catamarca camina un pedacito de la historia, me siento con la capacidad intelectual, la experiencia y el conocimiento para hacerle un aporte a la democracia. Me voy a ir cuando Dios lo disponga.

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