Roberto Ternán - Músico y compositor

“Hay que tomar la música en serio para que se pueda proyectar”

martes, 31 de agosto de 2010 00:00
martes, 31 de agosto de 2010 00:00

Roberto Ternavasio, más conocido como Roberto Ternán, se ha transformado en uno de los íconos del folclore nacional, a través de la huella dejada en numerosos temas de su autoría y que conforman el repertorio de los más grandes folcloristas del país.
Se trata de un porteño con pizca de catamarqueño, de tucumano y, sobre todo, salteño. Ese es el secreto de un autor que supo descifrar el gusto popular. Nació en Buenos Aires, el 15 de septiembre de 1948, aunque su infancia la pasó en Valle Viejo.
Innumerable cantidad de temas están dedicados a personajes y cosas de Catamarca, destacándose Camino a El Rodeo, Mi Viejo Valle Viejo, y Luna de Membrillo. Además, clásicos nacionales como Candombe para José, La Ley y La Trampa, Déjame que me Vaya, Canción para Cancino, Aquella Noche de tu Partida, Qué le Vas a Hacer, No Vas a Creerme, Por Amor a Qué, y Por Más Que Te Olvido, entre otras. Por estos días está componiendo temas solicitados por el Chaqueño Palavecino para su nuevo CD.

- En las últimas décadas hemos asistido a un escenario donde la música folclórica de Catamarca ha perdido trascendencia a nivel nacional. ¿Cuál es su lectura de esta situación?
- Es muy cierto y cuesta creerlo. Hay muchos factores, pero, quizás, una de las razones sea porque no hay intérpretes catamarqueños instalados en el contexto nacional. Esto es algo que hace mucho tiempo lo hablé en Catamarca. Por ahí se enojan los changos de Catamarca cuando he dicho que los artistas catamarqueños pegan en Catamarca, pero no tienen trascendencia a nivel nacional.
Por eso, en la actualidad se puede observar una influencia de todos los artistas nacionales -mucho más de los salteños y santiagueños- sobre los chicos jóvenes, quienes terminan aprendiendo esa música que es típica de afuera y se va dejando de lado lo otro, aquello que es propio de Catamarca.

- A partir de este contexto, ¿será difícil volver a recuperar aquel espacio que supieran ganar Margarita Palacios, Atuto Mercau Soria, Polo Giménez, o Manuel Acosta Villafañe…?
- Va a llevar su tiempo y es lógico. Ahora, han cambiado mucho las cosas. Antes, si uno no se iba a Buenos Aires no tenía la posibilidad de hacerse escuchar en ningún lugar del país, porque todo salía desde allá. En este momento, es distinto. Los intérpretes tienen la posibilidad de grabar en sus provincias, de difundir sus grabaciones en tantas radios y, si bien es costoso, se puede crecer desde adentro hacia afuera. Un ejemplo es Emilio Morales, que trabaja mucho y cuando saca un disco camina y camina… hay que andar muy mucho en esto.

- Que los músicos jóvenes estructuren sus repertorios en función de las letras y poesías catamarqueñas, podría ser una alternativa…
- Sí, pero es difícil. No sé como estará Catamarca a nivel autoral o quiénes son los que están componiendo, porque hace un tiempo que no estoy por allá… Calculo que siempre hay algunos haciendo cosas. Hay que buscar los autores de la zona de Belén y del oeste catamarqueño, donde hay mucha movida. Hay que impulsar fuerte eso para crecer.

- Tampoco hay que olvidar el siempre necesario apoyo oficial.
- Eso es lo que hace falta en serio y no tan sólo en Catamarca, sino que es una realidad que se observa en el país. Incluso, hasta en la misma Salta, donde hay tantos cantores y grupos a nivel nacional.
Esto se pone cada vez más difícil, debido a que se observa que ya no hay tantas compañías discográficas que busquen difundir o les interese el folclore... Hay que hacerlo a pulmón y por ello, es muy importante que las Secretarías de Cultura de las provincias se pongan las pilas y ayuden a los intérpretes.

- Hay un tema que usted compuso y que en esta provincia todos lo cantan, es un clásico. Pero, poco se sabe cómo surgió: Camino a El Rodeo…
- Es un secreto (risas). Tengo la suerte de adivinar la psicología de la gente en ciertos lugares. Y sé que ese camino es adorado por todos los catamarqueños, y son muchos los que deben tener una historia allí... de amor, por supuesto.
El camino a El Rodeo es importante para Catamarca, por lo que significa para los enamorados catamarqueños. Entonces, me inspiré en aquella gente que va por ese camino, por esas entraditas al río y que no hace falta que sea verano para que las usen. Así, de esa manera, se me ocurrió hacer esa canción…

- Y Luna de Membrillo…
- La Luna de Membrillo está inspirada en las marchas del silencio. A partir de ahí tomo el sentido para el tema. Si se analiza la letra, cuando dice: Silencio rumoroso es el silencio de cada día...
Adquiero una posición comprometida y es una realidad que sucedió en Catamarca, como fueron las marchas del silencio. Es lindo ver cómo la gente se une cuando la une un ideal…

- Pero, sin lugar a dudas, su mayor creación fue Candombe Para José. ¿Cómo surgió ese tema?
- Desde jovencito, cuando salí de Salta, con el grupo Los Diableros, fuimos a Montevideo (Uruguay) y en una de esas regiones conocí a un negrito, que bailaba como un diablo y de allí salió Candombe para José. Es, sin dudas, el éxito esperado por cualquier autor. Este tema me hizo trascender como compositor. Hasta ese momento no sabía que podía componer…

- Usted se ha convertido en uno de los principales compositores a nivel nacional y una de sus cualidades es conocer el gusto popular, parece tener la receta justa del éxito. ¿Qué es lo que tiene en cuenta a la hora de componer?
- Sabrá Dios… yo hago las canciones que se me ocurren. Las escribo, les pongo la música y dan en la tecla del gusto popular. Esa es la suerte que tengo, mas allá que trabajo para eso también…

- ¿Cuándo se dio cuenta que sus canciones tenían esa particular llegada en la gente?
- Cuando canté por primera vez el Negro José. Estaba en una peña y me la hicieron repetir. No lo podía creer. Después la gente la cantaba en todos lados, aún sin que el tema hubiera sido grabado. Ahí es cuando uno va notando y observando que la gente se va adueñando de ciertos temas. También recuerdo que uno de mis primeros temas fue Bagualera de los Valles y había un dúo en Buenos Aires que la cantaba. Por supuesto me llegaban comentarios a Salta, donde yo vivía, y me quería morir. Me era imposible poder creer que en la Capital Federal se estuvieran cantando mis canciones.

- Qué mensaje dejarías para la gente de Catamarca, tanto para los que hacen música como para los que la disfrutan…
- Hay muy buenos intérpretes en Catamarca, hay changos que cantan muy bien. Emilio Morales es uno de ellos. Cada vez que voy, trato de observar las promesas. Una vez escuché un conjunto que eran muy bueno y yo estaba interesado en hacerlos grabar, pero cuando volví ya se habían desintegrado. Hay que tomar la música muy en serio y formalmente para que esto se pueda proyectar. Y a la gente, el cariño que les tengo permanente es muy grande y sincero. Guardo recuerdos muy maravillosos de mi infancia, siempre están en mi corazón…

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