Justo Barros - Gremialista

“En fútbol nos enseñaban los valores de la vida”

sábado, 18 de septiembre de 2010 00:00
sábado, 18 de septiembre de 2010 00:00

Justo Francisco Barros, conocido como “Alo” es secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales desde 1985. Fue diputado provincial por el peronismo. Tiene una importante trayectoria como futbolista. Actuó en Vélez, Villa Cubas, Sarmiento, Unión y Coronel Daza. Fue también DT de Policial, Villa Cubas, Sarmiento, Tesorieri, Independiente y Coronel Daza. Sigue jugando en la Liga de Veteranos.

- ¿Cómo fue su infancia?
- Debemos separarla en dos partes. Como familia le debo agradecer a mi padre por todo lo que me enseñó, éramos diez hermanos, seis varones y cuatro mujeres. Tuve vivencias como todo niño, participante de todas las actividades escolares, deportivas. También fue muy duro porque nunca sobraba nada, al contrario, siempre faltaba. Por eso el agradecimiento a mis padres que se rompieron laburando para que no nos falte nada y eso es lo que más valoro. Me crié dos años en el barrio Alem y a partir de los siete años en el barrio La Tablada, donde actualmente está mi casa paterna, en calle Junín y Corrientes. En la actualidad vivo en el barrio La Viñita, pero a La Tablada lo voy a llevar siempre dentro de mí porque me enseño mucho en la vida.

- ¿Cómo eran esas tardes en el barrio La Tablada?
- Jugar todos los días, en especial al fútbol, porque vivíamos rodeados de canchas, algo que hoy falta. Han sido muchas vivencias hermosas con muchos chicos y ahora de grandes nos acordamos y de los que ya no están lamentablemente, sin olvidar a la gente mayor que nos aconsejaba, la que nos guiaba. Así como en la escuela nos enseñaban, ellos nos enseñaban en el fútbol los valores de la vida.

- ¿En qué año comienza a incursionar en el fútbol?
- Me inicié en un club que se llamaba Sacachispas, en el que participábamos todos los chicos del barrio. Después, en mi adolescencia, con 14 años ingreso al Sportivo Buenos Aires y ahí pase toda mi infancia y juventud. Hemos armado un grupo de gente con miles de vivencias. A los 17 años comencé a jugar en la primera de Vélez, con los monstruos que tenía Vélez en ese momento, y un día en que no lo tenía previsto aparezco jugando al lado de estos grandes jugadores. Entré en el segundo tiempo y de ahí quedé muchos años como el cinco de Vélez. Después de dos partidos fui convocado al seleccionado de fútbol de Catamarca.

- ¿Nota una diferencia entre los jugadores de antes y los de ahora?
- En nuestra época el chico se preparaba y fundamentalmente se cuidaba, sin importar si jugaba en la primera o en divisiones infantiles. Hoy lamentablemente con todas las cosas que nos pasan a los catamarqueños, físicas o mentales, ya no hay un control por parte de los padres. Antes el chico lo sentía, no veía la hora y hasta no dormía por la ansiedad de poder llegar al partido. En cambio hoy es distinto, al chico hay que buscarlo en otro lugar que no es la casa, pero no me opongo a que el chico salga a bailar, pero que mantenga una conducta. Antes, a la conducta la sabía marcar el padre diciéndole que vuelva temprano.

- Una jueza de fútbol dijo que el gran problema de las inferiores son los padres.
- Ahora sin duda es así, porque ahora le exigen al chico que tiene que ganar sí o sí, y al chico le estamos generando un problema, no una virtud, ni una visión como deportista, porque el fútbol no es tan sólo un resultado. Pero hay que educarlos a los padres, porque a veces se pasan límites y no son buenos ejemplos. Ese chico va a crecer “torcido” y sin saber que sólo es una competencia. Si tomamos ese ejemplo, cuántos chicos que ganaron un trofeo fueron a dárselo a su padres y se dan cuenta de que no les sirve, porque en vez de hacer amigos, hacen enemigos. Son cosas que le hacen mal al deporte. Muchas veces le exigimos al Estado que regularice, pero nos olvidamos que también los clubes tienen que cuidar a los chicos, y especialmente los padres.

- ¿Cree que con la unificación de los clubes Catamarca crecería en el fútbol?
- Sin duda, hay gente que no está de acuerdo, dice que no es posible, que es fanática, hincha o es el barrio que dice que no puede unificarse o que no debe unificarse. Pero al deporte lo tenemos que salvar entre todos, poniendo algunas actitudes, si no se nos muere el deporte en general.
Catamarca generó futbolistas profesionales, también en otros deportes, porque tenemos calidad humana y eso tenemos que preservarlo. Tenemos chicos diseminados por todo el mundo en todos los deportes. Acá hace falta una política de deporte seria, porque hay que prepararlos a los chicos. Los que llegan lo hacen por esfuerzo individual. Por ejemplo tuvimos varios deportistas que cuando llegaron a lo más alto recién nos acordamos de hacerles un homenaje, como en el boxeo, voley, fútbol. Antes no les prestaban atención. Y después vienen los problemas de los chicos como la droga, la prostitución. Esto sucede por la falta de contención a los jóvenes y todos fallan, tanto los clubes, como los padres y el Estado...

- ¿Cuál fue el mejor equipo que integró?
- Todos los equipos en que participé fueron muy buenos, como Vélez, Villa Cubas, Deportivo Unión, club con el que salí campeón y ahora está desaparecido. Antes había varios jugadores de buen pie en todos los clubes, ahora hay un jugador bueno y diez más, sin ofender a nadie.

- ¿En qué año comienza a trabajar en la municipalidad?
- El 18 de enero 1968, son casi 43 años. Y en el año 85 gané las elecciones para ser el secretario general del SOEM.

- ¿Por qué decide estar al frente del gremio?
- Porque desde chico siempre fui de participar en las instituciones, ya que con 11 años era el secretario de actas del club del barrio, siempre fui inquieto para participar.
Cuando ingresé a la municipalidad había golpe tras golpe de Estado hasta el 83, cuando vuelve la democracia, mientras tanto nosotros en el año 81 arrancamos con una agrupación en pleno proceso militar, de nombre “8 de noviembre”, por el día del trabajador municipal. Tuvimos varias suspensiones en el trabajo por haber estado en esa agrupación clandestina, porque en ese momento no se hablaba de política, gremial ni partidaria. Hasta que un día nos animamos a reunirnos con el intendente de ese momento, que era el Arq. Carlos Varela Dalla Lasta, que era un intendente del proceso pero era un buen hombre. El objetivo que me planteé era defender a los trabajadores que estaban desprotegidos en ese momento.

- Un intendente con el que haya tenido buen diálogo...
- Me dejó un gran recuerdo don Yamil Fadel, a pesar de mi ideología peronista, pero hay que reconocer que fue un gran hombre y ojalá muchos lo imiten.

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