Dr. Carlos Ferreyra

“Para cualquier cuestión de salud, elijo el hospital”

Jefe del equipo de ablación y transplante de Córneas del Hospital S. J. Bautista.
miércoles, 13 de abril de 2011 00:00
miércoles, 13 de abril de 2011 00:00

Carlos Ferreyra es médico oftalmólogo y se desempeña de manera privada en su propio consultorio, pero también acepta que es un apasionado de la salud pública y que ama trabajar en el Hospital San Juan Bautista, donde ocupa el cargo de Jefe del equipo de Ablación y transplante de córneas.
Desde su función pública, vive en constante lucha por disminuir las listas de espera de donantes, conscientizando a la gente que donar organos es mejorar la calidad de vida de otros.
Así mismo, critíca mucho la falta de confianza hacia la atención hospitalaria y cuestiona el por qué de las derivaciones a otros centros médicos fuera de la provincia.

 

-¿Cómo decide orientarse por la especialidad de la oftalmología?
-En un primer momento de la elección de mi especialidad, fue para mí algo maravilloso porque con prácticas como una cirugía de cataratas, o de trasplantes de córnea, devolverle de forma inmediata la visión a un paciente que estaba ciego desde hace tiempo, es espectacular. Es un paciente que está afectado en la parte psicológica y el hecho de poder devolverle la visión, ya sea a un 70% o 100%, lo reintegra a la sociedad y a eso uno lo puede ver de forma inmediata. Si bien había pensado en hacer otra especialidad y tengo muchas pasantías por neurología, dermatología y además soy especialista en medicina laboral y no ejerzo, pero opté por oftalmología por el simple hecho de que vi la manera inmediata de mejorar la condición de los pacientes y que por ejemplo en medicina clínica no sucede. Hay enfermedades oftalmológicas que si bien son crónicas y que tienen mayor frecuencia tales como las cataratas, la solución es simple; uno opera al paciente y ya se olvida de volver al médico. En ese sentido y porque soy ansioso y me gusta ver los resultados en forma rápida, elegí la oftalmología.

-¿Qué nos puede contar acerca de su perfil social, ya que sabemos que muchas veces ha operado sin fines de lucro?
-Vengo de un barrio de gente humilde y todos mis amigos son de barrio, y por eso conozco algunas necesidades de la gente y sé como vive la gente que tiene necesidades pero no tantas como las de aquellos que no tienen ni siquiera para comprar una medicación.
Me formé en un hospital público como lo es el Hospital Nacional de Clínicas en Córdoba y realmente puedo decir que soy un médico de hospital, lo defiendo y lo amo porque fue el que me dio la oportunidad de lograr satisfacer mis necesidades personales y poder ayudar a la gente de pocos recursos económicos.

-¿Por qué lo hace?
-Primeramente porque siempre miro para atrás y a pesar de todas las críticas que tenemos de nuestro país veo que siempre los que estamos en el último orejón del tarro somos nosotros y no es así, porque tuve la suerte de estar en otros países y siempre envidiamos lo que hacen los otros y no reconocemos nuestro trabajo. Estoy seguro que, ya sea un ingeniero, un médico o cualquier profesional, nosotros somos muy codiciados en el lugar que queremos trabajar porque hacemos mucho con lo poco que tenemos.
Soy muy agradecido de mi país, porque en ningún lugar del mundo tenemos una educación que es gratuita y acá en Argentina uno la tiene; la primaria es gratuita y la universidad, si bien tiene ciertos costos que son mínimos, uno puede acceder a ella y aquel que no lo hace es porque le falta información o no tiene la ambición de hacerlo. Entonces reconozco que la facultad me formó y ha hecho un gasto en mí y me siento en la obligación de devolverle al Estado aunque sea en cuenta gotas lo que me enseñó y me dio.

-¿Hubo cosas que el estudio de la medicina le haya quitado a su vida?
Cuando uno se va a estudiar afuera de la provincia, que son 10 años o 12 años mínimos, uno pierde familiares, amigos que mueren por accidentes, enfermedades o por edades, como en el caso de mis abuelos que fallecieron cuando yo estudiaba y que sé que no los voy a recuperar más.
Estar en un lugar que me permita devolverle a la sociedad lo que en un primer momento te han ayudado, es algo reconfortante.

-¿Qué siente al ejercer su profesión y al mismo tiempo hacer una obra de bien?
-Es una pasión.. En un primer momento, cuando llegué a Catamarca, el doctor Ortega del Hospital San Juan Bautista me insistía mucho en hacer cirugías que no se habían hecho nunca; tal fue la insistencia que me subió el autoestima y decidí hacerlo. Eso es algo de lo que estoy muy agradecido con el doctor y con el hospital por confiar en mí, porque hoy en día, el haber aprendido tanto me ayudó a poder mejorar la calidad de vida de otras personas, haciendo lo que me apasiona.

-¿Cómo ve a la salud pública de Catamarca?
-El hospital tiene muchas falencias y muchas virtudes, y las falencias son habitualmente los honorarios porque como entre otros tantos sectores, el pago que se recibe en el sector público está por debajo del costo de vida. Tenemos algunas necesidades como la falta de alguna aparatología en el Hospital, pero hay compromiso de mejorar y está siendo así. No se puede mejorar todo de golpe pero está el compromiso del director general de la compra de aparatología y material oftalmológico de primer nivel, y estoy seguro que con ese equipamiento vamos a ser uno de los mejores centros de referencia del NOA y eso me enorgullece, porque hay muchas cirugías que se van a poder realizar en el hospital con un costo mínimo para aquellos pacientes que no cuenten con una obra social y para aquellos que la tengan también, porque es un hospital de autogestión, así que aquel que decida operarse ahí lo podrá hacer. Creo que en la parte de oftalmología, el hospital este año dará pasos agigantados con esta compra de nueva aparatología.
Si tengo que elegir un lugar para cualquier cuestión de salud, sin duda elijo el hospital, porque tiene aparatología de primer nivel que ni en la parte privada se encuentra y no hay que subestimarlo.

-¿Qué tipo de cirugías oftalmológicas se realizan en el hospital hoy en día, que a nivel privado aún no?
-Los transplantes de corneas todavía no se hacen en la parte privada, al igual que los trasplantes de membrana amniótica, como también una cirugía que se hizo últimamente que se trata de una colocación de una lente fática en la cámara anterior del ojo. Es una cirugía que hasta donde yo tengo conocimiento no se hizo en la parte privada y sí en el hospital la semana pasada.

-¿Si en algún momento de su vida se viera obligado a elegir entre ejercer en el sector público y en el privado, hacia dónde se inclinaría su decisión?
-Hoy en día, si tendría que elegir, por una cuestión de vocación me inclino por la parte pública, pero también reconozco que con eso no podría vivir, ni enviar a los hijos al colegio y es casi seguro que tendría que trabajar en otro lugar para poder compensar eso. Ahora si es por fanatismo y decir que en ambos lugares se gana igual, sin duda me quedo con la parte pública, porque me formé en un hospital público y tengo puesta la camiseta de la parte pública, porque es la que en realidad me abrió todo el camino para estar donde estoy y con ganas de seguir creciendo.

-¿Cuáles serían sus metas para mejorar el servicio oftalmológico del Hospital?
-Siempre me pongo metas para mejorar los servicios, pero a veces no se las puede cumplir porque no se dan los soportes económicos. En un momento, cuando empezamos a hacer los primeros trasplantes de córnea, me propuse como meta terminar con la lista de espera de los transplantes de córnea. Hace un par de años atrás me faltaba muy poquito para logar ese objetivo y terminar con la lista de espera, pero como son políticas que van cambiando, no pudo ser; pero hoy aún sigo insistiendo en eso, porque hay una necesidad conocida por todos, como lo es la necesidad de órganos.

-¿Qué es lo que más lo reconforta de los trasnplates de córneas?
-Tengo pacientes que transplanté y que hoy en día están estudiando en la facultad y pienso que si no se hubieran operado, no hubieran podido seguir sus carreras. Lo más reconfortante es ver que no sólo les cambia la vida después de la cirugía, sino que con el paso del tiempo me di cuenta que despues ese paciente se convierte como un hijo, al ver sus logros después de esa operación. La mejor forma de marcar la historia es hacer cosas como éstas, cambiarle la vida a otros y es por eso que este trabajo no tiene precio.

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