Carlos Aguilera - Maestro en Artes Marciales del IAAM

“En Catamarca, hay muchos Crismanich que nunca logran cruzar la caminera”

lunes, 10 de diciembre de 2012 00:00
lunes, 10 de diciembre de 2012 00:00

- ¿Estuvieron en Chile hace pocos días?
-Desde el 13 al 16 de noviembre, se llevó a cabo en ese país el V Torneo Mundial de Artes Marciales, en modalidad Open, es decir abierto a todos los estilos, tanto los tradicionales como los libres. De Catamarca fuimos once competidores. De los cinco mundiales que se van realizando, es el cuarto en el que nos tocó estar. Ya fuimos a Uruguay y los dos anteriores se realizaron en nuestro país. El torneo es muy bueno, ya que tiene muchos ingredientes que hacen a la unión de las artes marciales en general, por cuanto se deja de lado el parcialismo por un estilo en especial. Por eso es que le damos mucha importancia. Además, está la facilidad que tenemos para participar y poder conocer estilos, culturas del resto de los países participantes. A pesar de que muchos son vecinos, tienen cosas que hacen a su cultura muy diferente a la nuestra.
Las formas de entrenamiento también son diferentes, tienen un estilo de vida más sano, si se quiere, mucha apoyatura por parte del Estado, como por ejemplo países como Ecuador, Perú, Brasil o Chile mismo. Eso hace que puedan desarrollar con mayor intensidad la actividad, con mejores elementos de práctica, pisos o elementos de protección, lo que les permite trabajar con mayor libertad.

- ¿Cómo arranca usted con la filial del IAAM en Catamarca?
-Estamos en la provincia con el Instituto Argentino de Artes Marciales desde 1987, y hemos participado en todos los torneos a los que fuimos invitados, tanto nacionales como provinciales.
- ¿Cómo ve el nivel local comparado con el de otras provincias?
-A nivel competencia, no estamos lejos de ninguna escuela ya sea de nivel nacional o internacional. La capacidad de los chicos de Catamarca es muy particular. Son chicos sufridos, que soportan más el entrenamiento, además nosotros hemos instrumentado un entrenamiento en este 2012 haciendo mucho hincapié en todos los aspectos, tanto en la parte física como en la parte técnica, hemos incorporado técnicas que realiza la Selección Argentina de Taekwondo. Es más fácil ahora a través de internet traer ese tipo de entrenamiento.

- ¿Actualmente, cuántos chicos están entrenando con usted?
-Hoy en día son cuarenta los chicos que entrenan en el gimnasio, de distintas edades y de ambos sexos. A partir de los 7 años ya pueden practicar, y sin límite de edad. Obviamente a los más chicos les es más fácil de llevar, para formarse en excelencia.

- ¿Qué ventajas tienen las artes marciales respecto a otros deportes?
-Es una actividad muy distinta respecto a otras, por ejemplo el fútbol. El fútbol en cada partido tiene un ingrediente nuevo, eso hace que sea más popular. Las artes marciales hacen que uno deba querer mucho al deporte para practicarlo, no se vive de la actividad, es una vocación. La persona que ingresa a practicarlas sabe que no va a tener réditos económicos pero sí espirituales, los ayuda a conocerse a sí mismos, con el dominio que uno puede tener. Eso tiene que ver mucho con la vida cotidiana, hace que uno pueda superar situaciones difíciles y extremas con mayor facilidad. Es un deporte que tiene que ver con la moral, un compañero es casi un hermano para el que practica artes marciales. Para darte un ejemplo, alguien para llegar a ser cinturón negro debe pasar 6 años mínimos de práctica, debe ser cinturón negro por adentro y por afuera, debe llevar adentro el arte de competencia, de respeto hacia los demás, saber soportar a veces situaciones difíciles en un torneo, o donde sea.

- ¿Cuál es la diferencia entre los estilos tradicionales y los libres?
-Los tradicionales, como el karate, el kung fu o el taekwondo, tienen su origen en Japón, China o Corea. En el caso nuestro. al ser libres se tomaron las técnicas de esos estilos y se adaptaron a nuestra forma de vida. Tal es así que nuestro vocabulario es el español para designar a los golpes o a los entrenamientos.

- ¿Cómo se acerca usted a las artes marciales?
-Originalmente en 1974 empecé practicando karate-do en Córdoba, y luego de cinco años regresé a Catamarca. Al llegar en esa época no había ningún estilo en la provincia, por lo que me dediqué a entrenar solo. Por cuestiones laborales, luego fui trasladado a Buenos Aires, donde ingresé al IAAM, de estilo libre, lo que me gustó por el respeto a lo tradicional, a lo nacional, haciendo culto permanente de los símbolos patrios, las instituciones y todo lo que sea referido a nuestro país.

- ¿Qué le faltaría a la actividad en nuestra provincia para un mayor crecimiento?
-Lo ideal sería tener un lugar de alto rendimiento deportivo, donde se pueda practicar la actividad con mayores comodidades, con personal idóneo para todas las disciplinas deportivas, ya que no todas tienen los mismos requerimientos, cada uno de los deportes tienen entrenamientos distintos. También el apoyo para poder competir fuera de la provincia, poder relacionarse con otros deportistas, ver cómo entrenan y conocerse, saber hasta dónde estamos llegando y qué nos falta. En Catamarca hay muchos Crismanich, lo que pasa es que no cruzan la policía caminera por falta de recursos, pero considero que hay muy buen nivel de deportistas, lo que falta a veces son medios y el apoyo necesario para demostrarlo. Debería ser tan apoyado el deporte como la educación y las artes.

- ¿Qué es lo que más le llena al final del día con la disciplina?
-La satisfacción mía es no haberlos defraudado, transmitir el conocimiento y que ellos sientan que lo lograron gracias a eso, que no sientan que han perdido el tiempo, y que han tenido sus logros. Obviamente es muy importante en esto llegar a los chicos para que ellos quieran lo que hacen y no hagan lo que quieran, que lo que hagan lo realicen con convicción, no por obligación, que sientan que están haciendo algo importante. Las artes marciales son importantes, no es sólo el golpe de puño o la patada, es una formación permanente como personas. Se golpean menos que en fútbol, los chicos están protegidos todo el tiempo, pero lo fundamental de todo esto es que aprenden a conocerse a sí mismo, sabiendo hasta dónde son capaces y que descubran a creer en ellos mismos, eso hace que uno se sienta satisfecho al final del día.

Texto: Marcos Córdoba
Fotos: Carlos Aguilera

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